OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
El pasado 31 de mayo se cumplieron siete años de la Moción de censura contra el gobierno que presidía Mariano Rajoy. Durante aquel aciago día y el primero de junio de 2018, se debatió el texto parlamentario que armó la autodenominada coalición progresista. Un hemiciclo habitado por políticos desnortados a causa de la trampa y la endogamia. Aquel bolso vergonzante en el escaño del hasta entonces Presidente. Y una horda servil en posición de asaltar los cielos del poder. Los colmillos afilados los ponían los herederos de ETA y los separatistas. La argamasa que los une la pone el castrochavista socialismo del siglo XXI. Como el peronismo en Argentina el partido de Ferraz, 70, es una organización para apoderarse del poder con la ambición de no dejarlo jamás. El partido morado, sumar para dividir, es su aliado y su némesis. Sin novedad entre socialismo y comunismo. Al ponerse el sol de aquel día un Minotauro alcanzaba el poder gracias a los laberintos más oscuros y torticeros de la política. Han transcurrido 2.561 días. La primera legislatura fue atroz. La segunda, es una tragedia desenfrenada. Un albañal de corrupción. Letal. Nunca hay que rendirse al mal. Para no caer en sus artimañas, siempre ayuda pensar en todo lo que nos da fortaleza, es decir, argumentos. Hoy quiero recordar con ustedes a Miguel de Molina, uno de los grandes artistas españoles, dueño de un talento y creatividad deslumbrantes. Buenos Aires, 1990. Carlos Herrera le hizo una entrevista que ya es legendaria. En uno de los momentos más emotivos, recitaba un poema conmovedor. Cuando te duela España: “Cuando te duela España estando lejos. Hincado en otra tierra de sol a sol. Esquiva los cuchillos de los recuerdos, y trágate esa lágrima que da el dolor. Cuando te duela España pensando a solas. Cuando aprieten tu mano los que no están. Borra de ese Rosario que son las horas, la pena de la ausencia que pasó más. Cuando te duela España, si alguno canta, canta con él a solas en tu emoción. Que España se te suba a la garganta, y llora de alegría tu corazón. Cuando te duela España, pon más ternura en dar a lo que siembras todo tu amor. Que el pan, el pan es uno solo en cualquier tierra, y se sube a los labios igual que Dios. Cuando vuelva a España, yo estoy seguro que sin pecar de ingrato, te has de quedar. La patria es una sola, como la vida. Y es más patria contigo al regresar”.
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