Ni es cielo ni es azul
Avelino Oreiro
Se adelantó el invierno
Uno de los grandes errores de nuestro tiempo consiste en que hayamos permitido que ciertas ciencias sociales, como la economía, adquieran una preponderancia que no merecen. La economía se nos vende como una ciencia experimental, casi exacta, incuestionable, en el mismo sentido que la biología, la química, la física o las matemáticas. Si les dijera que el derecho es una ciencia experimental, ¿qué pensarían? Evidentemente, no lo es. El derecho ha ido evolucionando y contradiciéndose a lo largo de la historia. ¿Considera que la pedagogía es una ciencia experimental? Obviamente, tampoco lo es. Pues bien, le informo de que todas las Universidades (sin excepción) consideran en la misma categoría a la pedagogía, el derecho, la sociología, la antropología… y también la economía, la administración y dirección de empresas, las finanzas y contabilidad…
Hace muchos años mi abuelo me decía que el dinero no es más que una manera de entendimiento entre las personas. Su utilidad depende de lo que queramos interpretar que es el dinero, del sentido y significado que le demos a ese objeto de metal, a ese papel u hoy en día a ese dígito en una pantalla. Significa lo que queramos que signifique. Las ciencias experimentales, en cambio, tratan de hechos independientes del ser humano: la biología, la energía, los materiales, la geología, el universo… que existirán, queramos o no, incluso aunque no estemos. Las teorías económicas más en boga ahora mismo tienen su origen en el siglo XVIII, que viene siendo «anteayer», en la historia de la humanidad. En siglos anteriores, el mundo tenía otras reglas y en el futuro (en cien, quinientos o tres mil años), que no quepa duda, tendrá otras bien distintas a las actuales.
Recientemente hemos tenido que reestructurar las coordinaciones de área en mi Instituto. Este es un cargo cuya labor es coordinar distintos departamentos relacionados entre sí. Por ejemplo, hay un área social y humanística que aglutina a todo el profesorado de lengua castellana, idiomas, filosofía, lenguas clásicas e historia. Cuando me dijeron que se proponía que la coordinación del área científica (matemáticas, física y química, tecnología…) la iba a tener el Departamento de Economía, me llevé las manos a la cabeza… y lo peor es que todo el mundo dio por asumido que era algo normal, natural y me miraron extrañados. Guardé silencio ante tanta unanimidad. Creo que es un síntoma claro de la enfermedad social que vivimos.
Y no lo olvidemos: hay que detener el genocidio en Gaza, mientras quede algo que salvar.
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