Eduardo López Vargas

09 de junio 2025 - 03:10

Un día nos anunció que se marchaba a Sevilla, y en Almería fuimos muchos los que lo sentimos. Eduardo era la voz calmada, seria, de un sindicato que empezaba a echar a andar: Coag. Argentino de Mendoza, con raíces alpujarreñas, volvió a casa de pequeño, siendo Vícar el lugar donde desarrolló sus primeras luchas sindicales. Se le recuerdan algunas revueltas en el paseo de la ciudad, siendo la delegación de hacienda su enemigo a batir, con un compañero de armas que era la otra cara de Eduardo, y del que no recuerdo en estos momentos su nombre. Los años pasados nos hacen olvidar aquellos primeros momentos de la historia de la agricultura almeriense. Aquella mañana voló más de un ordenador, alguna máquina de escribir y más de un empujón se vivió en aquella escaramuza sindical de Coag. Siempre estaba dispuesto a explicar, una y otra vez, y a donde se le llamara, las reivindicaciones que en aquellos años tenían los agricultores. Recuerdo algunas de las entrevistas que mantuvimos a primeras horas de la mañana en Rne. Eduardo era de las personas que se ganaban el afecto. Su forma de hablar, de plantear los problemas, la tranquilidad que emanaban de sus palabras, por muy fuerte y duro que fuera lo que estaba diciendo, te llevaba a la conclusión de que habría una solución al problema planteado en el mundo agrícola. No fueron fáciles aquellos años, se abría un mundo para la agricultura almeriense y no había gente preparada para acompañarla. Todo era nuevo, no solo para Coag que iniciaba sus primeros balbuceos en esta provincia nuestra, incluso para los propio políticos, y hasta los medios de comunicación, para los que también eran nuevas las reivindicaciones de aquellos hombres. Allí estaba Eduardo para explicar, de una forma sencilla, sin estridencias, las nuevas necesidades de aquellos agricultores, muchos de ellos habían bajado desde las altas alpujarras, hasta las arenas de las playas de Almería, para enfrentarse a una agricultura de primor. Hoy sabemos que Eduardo se ha jubilado, bienvenido a la edad dorada, pero no creemos que deje de ser la voz de los agricultores, hay cosas que se mantienen para siempre, que no se olvidan, que se nace con esa querencia, y se muere con ella. Si lo necesitan, ahí estará López Vargas, volverá con su voz tranquila a tratar de convencernos de las necesidades que sigue teniendo el agricultor por estas tierras. a veces creemos, por los datos que nos ofrecen las grandes empresas, que se han acabado los problemas para el agricultor, y no es así, lo sabe Eduardo López Vargas, como lo saben los hombres que siguen empeñados en la defensa desde Coag de los agricultores almerienses.

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