Paisaje urbano
Eduardo Osborne
La senda de Extremadura
Aveces está bien que un político levante la voz y dé un do de pecho claro, rotundo. Y María Vázquez lo hacía ante las obras de la primera fase del Paseo. Los que hemos vivido los problemas de Juan Megino con las aceras, los de Diego Cervantes y Juan Carlos Pérez Navas con las de la Rambla del Obispo, como las dos grandes arterias del centro de la ciudad, nos temíamos que con las iniciadas por María llevaban camino de crearle más de un supino cabreo. Y por lo visto, siento haber acertado, ya lo avisé por aquí, y así ha sido. Enfadarse cuando las cosas no salen bien es normal en la vida, por lo que entiendo que la alcaldesa lo haga, e intente meter en cintura a la empresa.
No te va a ser fácil y lo sabes María. Por mucho que grites y te desgañites, que entiendo esos excesos a los que tienes derecho, los errores de y en las obras ya están cometidos y solucionarlos no es cuestión que ahora esté en vuestras manos. Las empresas saben que te tienen cogida con sus garras y que nada puedes hacer contra ellas. Lo más ofrecerles algún incentivo económico nuevo, total, como sale de los impuestos de los ciudadanos, a quién le puede importar. Tienes tiempo todavía, faltan dos años para las nuevas elecciones, y para entonces imagino que habrán acabado las obras, y digo imagino, porque no estoy convencido de lo contrario, conociendo a las empresas, las Utes que se forman y las subcontratas que se repartan los trabajos. Al personal lo tienes a punto del infarto. Y con razón. Tenían la queja preparada para darla a conocer a los medios, los reuniste junto a Eloísa Cabrera, tu responsable de urbanismo, dos milongas bien cantadas, que los hombres se las creyeron, son unos buenazos, y al final la ruina es lo que les espera a algunos de ellos. Les darás bonos, que pagan el resto de los ciudadanos, que, por cierto, no tienen culpa alguna de vuestros errores. Se oye incluso ayudas directas, que salen de los mismos bolsillos. Total, que vosotros metéis la patita y, ¿quién la paga? Comprendo tu enfado con la empresa. ¿Entiendes tú el cabreo que empieza a tener el personal cuando se entera de lo generosa que eres con el dinero que le sacas de los bolsillos? María, Eloísa, que fuisteis vosotras las que adjudicasteis las obras, vosotras las que presumíais del nuevo Paseo a disfrutar, con placitas, árboles y banquitos. Un primor, oiga. Pero ese primor se está haciendo esperar y creando más de un problema a los comerciantes del entorno, que andan acordándose de las obras y de la alcaldesa. ¿O es de Eloísa?
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