Utopías posibles

Luis Ibáñez Luque

De-formar

17 de octubre 2025 - 03:09

Escribía Orwell en 1949: «la guerra es la paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza». En su famosa novela «1984», aparece un Ministerio de la Verdad, que dictamina lo que es válido y lo que no.

Parece obvio que la formación del profesorado debe basarse en aquello que se sabe que mejor funciona en el aula. ¿Qué hacemos, entonces? Justo lo contrario: reinventar la rueda, gastar dinero en recursos que luego nadie sabe utilizar, favorecer a gurús que no han mejorado nada. La formación del profesorado debe basarse, como todo el aprendizaje, en la interacción, el acompañamiento, el diálogo. ¿Qué hacemos entonces? Montamos formaciones donde nadie interactúa con nadie, donde una máquina es quien corrige las respuestas, aun a sabiendas de que con una rápida búsqueda y la ayuda de ChatGPT, nadie aprenderá nada. Sabemos también que el profesorado aprende de otros profesionales que están en la práctica y les resulta más fácil extrapolar a su centro educativo lo que ven en otros centros de Infantil, Primaria, Secundaria. ¿Qué hacemos, entonces? Contratar para las formaciones casi exclusivamente a personas de las Universidades u otros expertos que nadie sabe dónde aplican lo que dicen. Se sabe que lo que mejor funciona son los procesos, la investigación-acción participativa, plantear, actuar y luego reflexionar sobre lo que se ha hecho. ¿Qué tipo de formación se programa, entonces? Aquella en la que no se pide nada de eso. Solo rellenar absurdos formularios. Sabemos que cuantas más personas participan en el diseño de una formación, más rica es. La diversidad es riqueza. ¿Qué hacemos entonces? Olvidar todo el aprendizaje acumulado y encargárselo a quien consideramos, sin contar con nadie. Sabemos que cuando un docente llega a un centro con un proyecto concreto necesita un acompañamiento lo más estrecho y personalizado posible. ¿Qué hacemos, entonces? Cursos que nadie tutoriza y sesiones formativas por videoconferencia. Se sabe que hay fraude en tareas online y para frenarlo se han pedido a veces evidencias de aula (fotos, vídeos...). ¿Qué hacemos, entonces? Eliminar estas tareas, por completo.

Nobel de la paz para Trump. Desgaste sistemático de derechos consolidados, como el aborto. Alto el fuego falso en Gaza. Se elimina un libro de educación sexual en Sevilla porque molesta a los que siempre se preocupan por la cama ajena (ultracatólicos y fascistas). En vez de formar, se trata de de-formar. A la opinión pública, a la ciudadanía, también al profesorado.

stats