Medio siglo
Equipo Alfredo
Público y privado: el cuarto oxímoron
Aver quién adivina (sin mirar el segundo párrafo de la columna) el autor –hace un par de días- de la siguiente frase: “La economía española es buena. Lo están haciendo muy bien”. Opción A: Pedro Sánchez. B: la cadena SER. C: Xabier Fortes. D: Gran Wyoming. E: Ana Rosa Quintana. F: ninguno de ellos. A pesar de que esta frase tiene un clarísimo precedente en la de José María Aznar –“España va bien”- no hemos puesto en las opciones a ningún político del PP, porque sería demasiado increíble semejante reconocimiento de un éxito del Gobierno actual. Sin embargo, el autor de la frase está incluso a la derecha del PP, bueno, de algunos de ellos, porque en el partido hay hasta forofos de Milei. No lo demoramos más porque la columna es cortica. Ya pueden consultar la solución. Es la F, o sea, Donald Trump, que la dijo en la reciente reunión de la OTAN en La Haya. Es verdad que lo dice para justificar que nos quiere meter la mano en el bolsillo, pero el caso es que es cierto y así está reconocido en datos y estudios internacionales. Y mira por donde, uno de los factores que contribuyen de manera relevante a esta bonanza es la inmigración. Según el Banco de España, el PIB per cápita español ha crecido un 2,9 % anual durante el período 2022-2024. Y añade nuestro banco central que “la cuarta parte de ese incremento corresponde a la aportación de los trabajadores inmigrantes”. En contra de lo que mucha gente piensa -y raja por esos medios- el mayor nivel educativo de los trabajadores foráneos ha elevado su productividad y, por tanto, su aportación: un 43 % de los extranjeros que trabajan en España tiene un nivel educativo alto, más del doble que en 2008, siempre según el Banco de España. Ayer mismo, en la edición digital de este Diario leemos “Migrantes de asentamientos completan un curso de mediación en la Universidad de Almería”. Ha sido una actividad realizada por el Servicio Jesuita a Migrantres (SJM-Almería) y la UAL, con el apoyo económico de la Fundación Almería Tierra Abierta (ALTA). El contenido, diseñado para personas en situación de grave exclusión residencial y laboral, ha estado centrado en la sanidad, la justicia, la educación y el trabajo comunitario. En el curso se han hablado doce lenguas distintas, “lo que no ha sido un obstáculo sino valor añadido. La mediación no sólo se enseña, se vive”. Nada que añadir por nuestra parte.
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