Medio siglo
Equipo Alfredo
Público y privado: el cuarto oxímoron
El otro día me desperté con una sensación extraña, una tristeza profunda que me ahogaba. Era como un grito de impotencia, una rabia ante la manera tan natural con que la sociedad parece olvidar las grandes estructuras de corrupción que, hace apenas unos años, definían al PP. Hoy, esa misma corrupción ha abierto una herida en el PSOE, dejando al descubierto no solo la fragilidad de un Gobierno, sino también el desconcierto de un país que observa cómo los valores de la socialdemocracia, que tantos han defendido con esperanza, se ven cuestionados.
La crisis de credibilidad que afecta al PSOE es grave. Son heridas profundas que no solo amenazan con desestabilizar al partido, sino que, de alguna manera, también empañan la figura de millones de ciudadanos que, al identificarse con los ideales socialistas, ahora ven sus valores y principios éticos bajo sospecha. Como si la mancha de la corrupción se extendiera a todos los que han sido y son parte de ese proyecto político.
Es una lección de la política contemporánea: el talento político no puede ser una mera cuestión de lealtades ciegas o gestos superficiales, como los que parecían definir las relaciones dentro del PSOE con figuras como Ábalos o Cerdán. El arte de gobernar no se trata de apariencias ni de maniobras tácticas en la superficie, sino de una visión política sólida, capaz de gestionar el poder con responsabilidad y transparencia.
Para que el PSOE no pierda su conexión con la base social que lo ha apoyado históricamente, no basta con disculparse sin garantías. La disculpa debe ir acompañada de un compromiso real de que el poder nunca se pondrá por encima de los valores que el partido representa, anteponiendo intereses de poder a la defensa de su valores.. El desencanto se siente entre muchos ciudadanos que apoyaron el advenimiento de un gobierno progresista, ya sea con su voto, su acción o, lo que es aún más valioso, con su esperanza. Hoy, muchos de ellos se sienten perdidos y desilusionados. La pregunta es: ¿puede el PSOE seguir al frente con esta crisis interna sin perder el apoyo de aquellos que creyeron en él? Si no se toman medidas serias, la respuesta se sabrá pronto.
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