República de las Letras

El hotel Simón

Fue derribado en 1965. En los bajos del nuevo edificio se instaló la empresa de distribución Simago

Fue propiedad de Rodolfo Lussnigg (1876-1950), conocido empresario hostelero y diplomático austríaco afincado en Almería, casado con María Teresa Arjona Blanco, natural de Antequera, Málaga. Rodolfo Lussnigg fijó su residencia en Almería en 1909, cuando compró el Hotel Simón, entonces el mejor establecimiento hotelero de la ciudad, situado en el Paseo del Príncipe, frente a la salida del Mercado Central por Aguilar de Campoo. El lujoso hotel, con fachada al Paseo mismo, a la Calle Castelar y a la de San Francisco, tenía 100 habitaciones, algunas con baño, algo insólito en la época. Lussnigg era cónsul de Austria en Almería, ciudad donde nacerían sus dos hijas, Resi (o Ressi, según algunos textos) y Conchita. Fue componente del Patronato de la Alcazaba, que consiguió del Gobierno de la República que el monumento árabe pasase del Ministerio de la Guerra al de Instrucción Pública. En 1923 ideó la denominación Costa del Sol, referida sólo a Almería, para atraer el turismo, y poco después el lema "Almería, donde el sol pasa el invierno", con el mismo fin.

Los años veinte, con el auge de la exportación de uva, serían de máximo esplendor del Hotel Simón, que se convirtió en el lugar de moda de la burguesía almeriense y en mentidero político y de negocios, por las numerosas tertulias que se celebraban en sus salones. En 1922, en el Simón se sirvió el banquete homenaje al rey Alfonso XIII, que visitó la ciudad.

Durante la Guerra Civil el Hotel Simón permaneció protegido por la bandera austríaca, lo que lo salvó de registros y permitió que en él encontraran refugio espías como una tal Marisa, la Mata-Hari de la Guerra Civil en Almería, que rodeada de un lujo extraordinario operó a favor de la quinta columna con el único fin de delatar a sus integrantes al gobernador civil de Almería, el socialista Eustaquio Cañas. También se escondieron allí los obispos Diego Ventaja, de Almería, y Medina Olmos, de Guadix, por lo que Rodolfo Lussnigg y sus hijas fueron detenidos por el SIM. A Concha, concretamente, se le descubrió una correspondencia regular con un familiar que vivía en Alemania, lo que la hizo sospechosa de entendimiento con la quinta columna. Ambas permanecieron presas en la cárcel de mujeres de Gachas Colorás. En 1944 Resi Lussnigg se hizo cargo del Hotel Simón hasta su venta en 1965. En los bajos del nuevo edificio se instaló la empresa de distribución Simago.

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