La Rambla
Julio Gonzálvez
Paz y felicidad
La idea que alberga el concepto de nación o nacionalidad es uno de los problemas vitales por los que se rige cierta parte del proceso independentista. De alguna manera trataremos del aclarar este concepto; o al menos, daré mi opinión al respecto. El nacionalismo se entiende como una conciencia, o un sentimiento de una comunidad cultural, hay que entenderlo como algo muy antiguo, aunque será durante la Edad Moderna, que asistiremos a su consolidación de la mano de los nuevos Estados-Nación, quizás habría que decir, una cohesión interna, frente a una dominación, pero será a finales del siglo XVIII cuando Pierre Vilar ya lo definió como: "Una colectividad humana que tiene como hecho fundamental a una nación". La idea de nación no se reduce a un significado esencialmente cuantitativo y geográfico como la de pueblo, ni a una noción sentimental como la de patria. Recubre una realidad sociológica, dinámica; la existencia de comunidades culturales y como consecuencia históricas, llamadas, ya sean nacionalidades, ya sean etnias, dotadas de una conciencia clara o difusa en cuanto a sus originalidad, pero que tienden a la consolidación de lazos de solidaridad y a gozar de su autonomía, constituyéndose en nacionalidades políticas bajo la etnia de un estado particular para cada una de ellas. Así pues, la transmutación de la nacionalidad como entidad sociocultural en nación, cuando no por la creación de un estado nacional. Otras expresiones se elaboraron en Alemania de la mano de filósofos como Heder que plantea el derecho de los pueblos a vivir bajo su propia identidad (nación-pueblo o volkstum); sin embargo de hecho, habría que distinguir entre movimientos unitarios, como es el caso de Alemania y disgregadores como fue el de Austria. Así pues la idea de nación y nacionalidad apareció en el, siglo XIX con un sentimiento confuso, más que como una doctrina de perfiles claros y precisos. Desde la Edad Media y sobre todo dese la Edad Moderna, la palabra nación designaba una unidad lingüística, geográfica y estatal, pero nunca hasta el XIX adquirió, junto con las de nacionalidad y nacionalismo contenido con virtualidades suficientes como para imprimir impulso suficiente al proceso histórico. En fin, la Constitución de 1978 se preservo la palabra nación para definir a España y nacionalidad para definir alguna o todas las comunidades autónomas, sin tener en cuenta que significan lo mismo, por lo que ahora se debería retocar la Constitución; o bien, el tribunal Constitucional debería sentenciar a esta palabra como algo que no debe definir a las comunidades autónomas.
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