El infante de Almería

Los Reyes Católicos y el Infante de Almería sintieron admiración mutua y también tuvieron desencuentros. El destino quiso que sus restos reposaran para siempre en la misma ciudad y muy próximos

Almería también tuvo un infante entre los siglos XV y XVI, que nació musulmán y murió cristiano. Su primer nombre fue Cidi Yahya el Nayar y su nombre cristiano fue Don Pedro de Granada. Pedro porque al bautizarse así lo eligió y seguramente porque alguien de la casa real llevaba este nombre y Granada porque su abuelo fue nieto del rey de Granada Yusuf IV Ben al Ahmar al Nayar, que los castellanos lo abreviaron, apareciendo en las crónicas como Abenalmao. Sus tíos fueron Muley Hacem y el Zagal, así que iba sobrado de sangre azul.

Yahya el Nayar se casó con su prima Cetimerien de cuyo matrimonio nacieron tres hijos: Ali ben Omar, Isabel y Brianda. Se ve claramente que cuando nacieron las dos hijas sus padres ya se habían convertido al cristianismo y al bautizarse ben Omar tomó el nombre de Alonso de Granada Venegas. Lo de Venegas es porque su madre era hermana de Aben Celim, quien se encaprichó de un cristiano cautivo, que era Don Pedro Venegas y se casó con él. Con estos apuntes pretendo dejar claro que estos moros convertidos al cristianismo pertenecían a la alta nobleza del Reino de Granada. Fueron muchas las familias que se convirtieron al cristianismo y que lucharon contra los moros para conquistar Granada así como en las rebeliones de la Alpujarra, la de 1500 y la grande de 1568. Otros apellidos ilustres que se mezclaron con los conversos, además de los Venegas, son Belvis, Mendoza, Avis, este último emparentado con los Ortiz de Careaga.

Una de las obsesiones de nuestros reyes, además de reconquistar las tierras perdidas ocho siglos antes, fue atraer a la fe de Cristo a cuantos pudieron y lo hicieron concediéndoles mercedes y privilegios sin escatimarlos, y gran parte de ellos lo agradecieron, como no podía ser de otra forma y al bautizarse tomaron el nombre de Fernando, Pedro, Juan y las mujeres el de Isabel, todos ellos relacionados con la familia real.

Según nuestro historiador Tapia Garrido Yahya el Nayar nació en la taha de Marchena (zona de Alhama, Alicún etc.) donde su padre Aben Celim fue dueño y señor. En su escudo figuró primero una granada de oro en campo de azur, al que después añadieron cuatro más, para completar cinco, que fueron los moros que entre su hijo Alonso y él mataron en un desafío en la vega de Granada. Fue don Pedro “un caballero moro de romance fronterizo” según los cronistas de la época y del Pulgar, que lo conoció personalmente, dice de él: “Don Pedro de Granada fue de buena estatura y de miembros bien compuestos, de muy buen rostro, blanco y que tiraba a rubio y de presencia tan venerable que provocaba a respeto y muy agradable a los que le trataban”

En 1485 los Nayar ayudaron al Zagal a recuperar Almería, que había caído en manos de Boabdil. Tres años después el Nayar hizo un pacto secreto con Don Fernando para entregarle la ciudad de Almería, pero el Zagal informado de ello por sus espías, se adelantó, enviando sus tropas rápidamente a Almería y abortando la operación. Este retraso de nuestro rey irritó a el Nayar, que no recibió ninguna explicación y durante un tiempo hubo un enfriamiento importante en su amistad, pero al año siguiente, en el cerco de Baza por las tropas cristianas, el Nayar se metió dentro de las murallas de la ciudad con un ejército de diez mil hombres bien entrenados, y allí permaneció hasta que Don Fernando le explicó en una carta los motivos de su retraso en llegar a Almería.

Este detalle junto a la llegada de la reina Isabel al real castellano cambiaron a el Nayar y rindió la plaza a los Reyes Católicos.

El 25 de diciembre de 1489 el Nayar recibió el bautismo en Alhadra (Almería). Por eso el título de Infante de Almería. Los Reyes Católicos fueron sus padrinos y le aseguraron las propiedades de Marchena y una renta anual de 550 mil maravedíes sobre los tributos de las tahas de Marchena, Dalías y Alboloduy y licencia para llevar escolta de hasta 20 hombres. También le regalaron en el acto 18 varas de aceituní verde (tela rica traída de Oriente) y 15 varas de grana y morada. Cuando se sublevaron los moros en 1490, los Reyes Católicos le dieron el mando de las tropas, para reducir a los rebeldes, al Infante de Almería y a su hijo Alonso, resolviendo la situación con éxito, recibiendo la felicitación de la Reina Isabel personalmente. También tomó parte de forma muy activa en la conquista de Granada. Por todo ello se le concedió el privilegio de hidalguía, poder llevar armas y se le dio el hábito de Santiago.

En 1500, tras la rebelión de los moriscos, los Reyes Católicos le quitaron la fortaleza de Marchena y Don Pedro, un tanto desengañado, se retiró a Laujar, donde murió seis años después. Su hijo Alonso llevó su cadáver a Granada con un séquito de ochocientos servidores. En la Puerta de Elvira fue recibido por los clérigos y frailes de Granada con cariño y emoción, según cuentan las crónicas de la época. Recibió cristiana sepultura en la que en la actualidad es la Capilla del Sagrario de Granada. Los marqueses de Campotéjar guardaban una espada que según la tradición fue de Boabdil y los Reyes Católicos la regalaron a Don Pedro de Granada.

Los Reyes Católicos y el Infante de Almería sintieron admiración mutua y también tuvieron desencuentros. El destino quiso que sus restos reposaran para siempre en la misma ciudad y muy próximos.

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