La Rambla
Julio Gonzálvez
Paz y felicidad
Observo con cierta preocupación, sobre todo en los medios hablados, escritos y audiovisuales, la presencia de numerosos anglicismos como son “celebrities”, “influencers”, “screwball”, “smoothies”, “bullying”, “CEO (chief executive ifficer), con lo fácil que es decir director ejecutivo. El término “latijanos” se emplea para referirse a expresiones o palabras que se dicen utilizando nuestra lengua materna: el latín. Bueno pues ahora, ya llevamos algunos años, se han puesto de moda los “inglesajos”, que inundan cualquier conversación, anuncio o programa de televisión.
Los más jóvenes dicen que los que se niegan a tal abuso son unos “carcas”. Pienso que seguir esa sumisión absurda a una lengua extranjera es, simplemente, ser parte de un snobismo absurdo. En nuestro país tenemos una riqueza lingüística que ya la quisieran otras lenguas, sin embargo renunciamos a ella, no sea que nos tachen de pasados de moda cuando en realidad tenemos la suficiente personalidad para no admitir la dictadura del colonialismo anglosajón.
Otra cosa que tal. Cuando se citan nombres de ciudades o países hay que decirlos en la lengua en la que se están citando. O sea, en este caso en español. Así, yo no digo Suomi, sino Finlandia, ni Magyarország, sino Hungría, lo mismo que se dice Maguncia y no Mainz, etc. Es preceptivo, en el resto del estado, decir Gerona y no Girona y Lérida y no Lleida. Entre el inglés y la publicidad acabaremos hablando “spanglish”, como dicen los “llanitos” habitantes de Gibraltar.
Estamos siendo invadidos por palabras que muchos no entienden y que, además, tienen su traducción a nuestra lengua. ¿No es absurdo? Más de uno y de una seguirá sin dejarse llevar por las usanzas sin sentido, sin hacer reverencias a la lengua de William Shakespeare y sin dar patadas a nuestro idioma. Si eso es ser carca, me dicen estos amigos, que se declaran orgullosamente carcas.
Dice José Martínez de Sousa en su Manual de estilo de la lengua española que los diccionarios de sinónimos son “obras que, en principio, deben despertar más sospechas que confianza”.
En cualquier caso, el usuario puede felicitarse de tener en las manos una herramienta que lo ayudará a evitar repeticiones de palabras que afean los textos, así como a concretar más o a matizar el mensaje.
También te puede interesar