Una izquierda dividida

Que haya ciudadanos que no se conformen con una política de centro izquierda representada por un partido socialdemócrata, y apuesten por una izquierda más radical, se entiende. Lo que no tiene sentido es el batiburrillo que se ha montado entre organizaciones políticas a la izquierda del PSOE con semejantes ideologías. Desde que se implantó en nuestro país un régimen democrático, siempre ha habido una organización política a la que han podido dar su voto quienes apostaban por un régimen con perfiles comunistas. Al principio permaneció el partido que durante la dictadura había tenido más presencia haciendo oposición al franquismo desde la clandestinidad, y se presentó a las primeras elecciones democráticas con las siglas PCE que representaban al Partido Comunista de España. Después apareció Izquierda Unidad, una coalición de partidos promovida por el propio Partido Comunista de España, que había perdido protagonismo, y formó un grupo constituido por diversas organizaciones para concurrir a las elecciones generales de 1986. El 15 de mayo de 2011 se organizó un movimiento que dio lugar a la unión de diversos sectores de izquierda contrarios al bipartidismo y surgió Podemos, un partido liderado por un joven llamado Pablo Iglesias que, en las elecciones generales de 2015, consiguió 69 escaños, convirtiéndose en la tercera fuerza del Congreso de los Diputados. En las elecciones de 2019 pegó un bajón obteniendo 26 escaños, y en las elecciones de 2023 estaban de capa caída. Apareció Sumar, un partido que pretendía aglutinar a todas las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE, incluido Podemos que se tuvo que conformar con los pocos puestos que Sumar les ofreció y sólo consiguió cinco diputados de los 31 que obtuvo la coalición liderada por Yolanda Díaz. Poco tardaron en emanciparse, pasar al grupo mixto y hacer la guerra por su cuenta. Partidos que estrecharon lazos para formar un grupo parlamentario a la izquierda del PSOE, se han convertidos en rivales. Podemos ha declarado que este gobierno, del que forma parte Sumar, está muerto y con él un ciclo político. Mientras que Sumar sigue apostando por un gobierno de izquierda, podemos está dispuesto a ponérselo en bandeja a una derecha formada por el Partido Popular con VOX.