Medio siglo
Equipo Alfredo
Público y privado: el cuarto oxímoron
La Guardia Civil celebró el pasado domingo un acto solemne, repleto de liturgia e iconografía, en honor a los hombres y mujeres de la Benemérita en el día de su Patrona, la Virgen del Pilar. Fue una ceremonia en la que la institucionalidad mostró todo su significado.
El rito y los símbolos resultaron impresionantes. El Patio de Armas se llenó de público y autoridades civiles, policiales y militares, cuyo brillo solemne en insignias y distinciones reflejaba la imagen de quienes ejercen su jurisdicción.
La ceremonia transcurrió con cortesía, deferencia y respeto institucional. No solo se conmemoró la festividad de la Guardia Civil, sino que también se reforzaba la satisfacción de un Cuerpo del Estado que actúa sin ostentar la espada, cumpliendo con su deber.
Esa satisfacción se sustentó en una lealtad que, tras la guerra civil, tuvo altos costes personales y profesionales. Poco se ha reflexionado sobre la fidelidad de la Comandancia de Almería a la II República el 21 de julio de 1936, luego conocida como Guardia Nacional Republicana (GNR), que permaneció fiel a su juramento y a la bandera.
Han pasado los años y el mundo ha cambiado, pero ese espíritu de lealtad y responsabilidad permanece. Desde sus Comandancias Provinciales, la Guardia Civil asegura la convivencia y vigila los algoritmos que mueve la delincuencia.
Frente a la agresividad verbal en algunos sectores de la política, la sociedad y las redes, la Guardia Civil sigue siendo un pilar de los Cuerpos de Seguridad del Estado y sitúa al país entre los más seguros de Europa y el mundo, según el think tank independiente del Institute for Economics & Peace (IEP). Los datos del Ministerio del Interior y del INE del último trimestre de 2024 lo confirman: 0,71 frente a la media europea de 2,2.
Ese logro, discreto y medido, demuestra que la verdadera fortaleza de la nación no reside en quienes gritan o se crispan. Reside en los ciudadanos que trabajan con talento, se esfuerzan y se sacrifican, y en un Cuerpo como la Guardia Civil, que cumple su deber con discreción, solemnidad y un latir de abnegación respetado por toda la sociedad.
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