El Gobierno de Juanma Moreno ha dado a conocer esta semana las listas de espera sanitarias, que arrojan un dato estremecedor: más de 100.000 almerienses están pendientes de una cita para una consulta de especialidades, una intervención quirúrgica o una prueba diagnóstica, aunque estos últimos no aparezcan en los listados desde hace cinco años.

En junio de 2022, cuando se hicieron públicas las últimas cifras, ya alertábamos de que Almería presentaba los peores datos porcentuales en las listas de espera de toda Andalucía. Casi un año y medio después, la situación no ha mejorado. Hoy los almerienses y las almerienses sufren esperas como nunca, a pesar de que el Gobierno andaluz del PP cuenta con más recursos que nunca. Solo una gestión atroz, que tendría que llevar al cese inmediato de la consejera de Salud y consumo, puede explicar lo que está ocurriendo.

A la vista de los datos publicados, sabemos que hay un 40 por ciento más de almerienses en lista de espera para una intervención quirúrgica – más de 18.400- y que 3.211 llevan esperando más de un año. En este sentido, llama poderosamente la atención que en Torrecárdenas, La Inmaculada o Poniente hayan crecido de manera tan alarmante estas listas de espera, a pesar de que el PP ha sostenido hasta ahora que todo iba estupendamente.

La foto fija del estado de la atención sanitaria en la provincia la ha proporcionado el propio Gobierno andaluz después de llevar más de un año ocultándolos, -cuando deben publicarse cada seis meses-, y nadie ha salido a pedir perdón o a hacer autocrítica por unas cifras que solo se pueden calificar de indecentes e inhumanas.

Juanma Moreno nos debe una explicación, pero rehúye de su deber y alienta el relato de la herencia. Cómo es posible que, tras cinco años de gobierno del PP en Andalucía, pretendan reírse así de los usuarios de la sanidad pública. Cómo se puede tener tan poca empatía con quien padece una enfermedad y no ve el día en el que le atiendan.

Si el Gobierno de Juanma Moreno no se pone en el lugar del sufrimiento que están viviendo los pacientes y sus familiares, ante estas listas de espera de la vergüenza, es porque el objetivo que persigue no es otro que la demolición programada de todos los cimientos del sistema sanitario público andaluz, de manera que la privada entre por la puerta grande de nuestra salud y de nuestras vidas.