La Rambla
Julio Gonzálvez
Paz y felicidad
ESTADIO de Montjuic, minuto 16 de la primera parte. Casi no ha dado tiempo a romper a sudar cuando el central francés del Real Madrid disputa un balón en banda derecha. Su pie derecho golpea contra el talón del jugador del Español, provocando un tropezón y caída amortiguada por la rodilla derecha pero en flexión forzada y rotación. Seguro que el joven zaguero francés notó un chasquido y en seguida se fue a la banda solicitando las asistencias.
El galeno del Madrid le realiza las clásicas maniobras meniscales y cuando efectúa el giro del talón para explorar el menisco externo, la cara de Varane lo dice todo. Tras las exploraciones complementarias se confirma la rotura del menisco externo de la rodilla derecha. Es intervenido a mediados de mayo en Francia y se pronostica su regreso en dos meses. Sin embargo, esos plazos no terminan de cumplirse. Derrames articulares un día sí y otro también, hacen que se ralentice la carga de trabajo ya que la rodilla no termina de asimilar el impacto.
Pero, ¿cuál es el verdadero alcance de la lesión de Varane? Nada ha trascendido acerca del verdadero motivo de la lesión. Se habla de un tiempo de recuperación de alrededor de 8 semanas. Ante eso, podemos intentar adivinar cuál puede ser la lesión del central del Madrid. Se desconoce si la lesión meniscal fue suturada o simplemente se resecó el fragmento roto.
1.- Recaída de la lesión meniscal. 95% de posibilidades. Las lesiones meniscales se producen con mucha frecuencia en la medicina deportiva. Son estructuras fibrocartilaginosas, de configuración semilunar, interpuestas entre la tibia y el fémur. Tienen una función mecánica (congruencia, lubricación articular...) y propioceptiva.
El tercio externo o periférico está vascularizado e inervado, por tanto presenta cierto potencial de cicatrización. Esta parte es la que tiene mayor importancia desde el punto de vista mecánico. El resto del menisco (2/3 internos), es aneural y avascular, con débil o nula capacidad de cicatrización.
La causa de la rotura suele ser el movimiento forzado de la articulación (rotación y torsión del fémur sobre la tibia) provocando rotura de menisco o desgarro de sus inserciones.
Hay dos formas principales de lesión:
a) Traumatismo AGUDO de intensidad suficiente sobre un menisco sano.
b) Traumatismos REPETIDOS sobre un menisco patológico afectado por una degeneración progresiva. Ante un traumatismo leve sobre un menisco degenerado se produce la rotura.
Hay dos meniscos, el interno y el externo. El interno tiene forma de C abierta, siendo más movil que el externo, lo que sin duda, le hace más vulnerable a la lesión. El menisco externo tiene la misma forma de C pero más cerrada y estrecha. Cuando se produce una lesión, se suele extirpar la zona dañada en el caso que no se pueda suturar. Desconocemos si se resecó la zona rota o se procedió a la sutura.
Es posible que se haya roto el resto de alguno de los dos meniscos, lo que obliga a regularizar los bordes de dicho menisco. Esto se realiza mediante una artroscopia de rodilla. Al introducir la cámara de televisión dentro de la rodilla, se puede valorar el estado de la articulación.
Se aprovecha para realizar una "limpieza articular". En la mayoría de deportistas, hay mucho tejido inflamatorio dentro de la articulación (sinovitis) que puede provocar pellizcamientos dentro de la rodilla. Esta quizás sea la causa de la mala evolución.
La rodilla se inflama cuando se realiza un trabajo de impacto, sobre todo si hay menos menisco que pueda amortiguar y repartir las cargas de forma uniforme y homogénea.
Una opción es infiltrar con ácido hialurónico en dicha articulación ya que actúa como lubricante y antiinflamatorio, evitando la irritación de la sinovial, reduciendo la posibilidad de inflamaciones. En ocasiones se puede acompañar de corticoides intraarticulares en poca cantidad. También se puede añadir medicación oral del mismo tipo.
2.-Lesión del cartílago articular. 70% de posibilidades.
El cartílago articular constituye un tejido altamente especializado que proporciona una superficie dinámica a los extremos articulares de los huesos que forman las articulaciones. Es como si fuera la funda que recubre los huesos que forman las articulaciones para que éstas puedan realizar el movimiento con la menor fricción y roce posible.
Posee una gran capacidad para resistir, distribuir y transmitir las cargas compresivas y las fuerzas de cizallamiento a las que se someten las articulaciones durante la vida diaria, como ocurre cuando caminamos o saltamos, debido a su especial viscoelasticidad y su increíble durabilidad. No tiene terminaciones nerviosas ni tampoco vascularización, y se nutre por el soporte que le da el líquido articular.
La superficie de contacto es lisa en cada extremo y se encuentra perfectamente lubricada, hecho que facilita el rozamiento entre superficies y que la natural resistencia al mismo que tienen dos cuerpos, sea escasa lo que alarga la durabilidad del contacto.
Estas propiedades tienen muchas ventajas pero también suponen inconvenientes: ante una lesión traumática o degenerativa, el cartílago tiene escasa o nula capacidad de reparación, avocando a la articulación en cuestión hacia un proceso degenerativo con dolor y pérdida de función articular como principal exponente.
Como ocurre en la mayoría de las situaciones, un traumatismo suele ser el origen de la mayoría de las lesiones. Una caída sobre la rodilla, una torcedura de tobillo son causa suficiente para provocar el daño.
Las regiones más frecuentemente lesionadas son las articulaciones que soportan la mayor parte del peso como son la rodilla y el tobillo, ambas en su parte interna.
El tratamiento consistiría en realizar un "raspado" de la lesión para estimular su cicatrización. Es posible que algún fragmento de cartílago se haya desprendido dentro de la rodilla llamado "cuerpo libre".
Actúa provocando bloqueos articulares una vez que dicho fragmento se encaja entre el fémur y la tibia.
También te puede interesar