Opinión

Aurelio Romero

No es país para enfermos

04 de julio 2025 - 03:06

Si tienes una analítica de libro, buena coloración de piel y mucosas y estás bien nutrido (algunos pueden estar sanísimos pero alimentados de aquella manera, como esos policías desplazados a Sevilla para la cumbre de la ONU, a los que por lo visto les han dado de comer sándwiches de lechuga y algún tomate con moho), sobrevivirás en este país, aunque convendría que, también, fueras un poco idiota (mejor un mucho), para que cuando los políticos te tomen por eso, no te enfades demasiado. Pero si estás enfermo y, encima, conservas algo de espíritu crítico, lo siento de veras, tío, vives en un país equivocado y, además, te has confundido de época. A ver, alma de cántaro, ¿a quién se le ocurre coger un tren con los años que tienes y con un montón de patologías? Viajar en ferrocarril en España hoy en día es una práctica de riesgo para personas con enfermedades de base, tengan los años que tengan, aunque lógicamente el peligro aumenta con la edad; y si Adif va a normalizar el tener a los viajeros doce horas en mitad del campo sin luz, sin aire acondicionado, sin agua y sin explicaciones, lo mínimo que tendría que hacer es restringir los viajes a gente que pueda soportar eso. “Lo siento, sin certificado médico de no padecer ninguna dolencia, no puede subir al tren”. “¡Pero si voy con dos litros de agua, cuatro bocadillos y llevo puestos dos pañales para cuando los aseos colapsen!”. “Sin certificado médico, no viaja. Vaya a que le devuelvan el importe del billete”. Sí, vaya, vaya, es por su bien. España ya no es un país para enfermos. Y no es que la sanidad pública se haya deteriorado, que también, no digamos en los meses de verano (“¡Fuera de esta cama! ¿No ha visto que está cerrada por vacaciones?”. “Pues no, eso se avisa con un letrero”), es que no es nada recomendable viajar en tren si tienes una edad y estás achacoso y pachucho. Al mismo tiempo, estar pendiente de lo que dicen algunos políticos constituye una temeridad. Si usted es diabético o padece insuficiencia renal, cardíaca o respiratoria, escuchar el otro día a María Jesús (inspirándose con inusitada rapidez en Rajoy cuando lo de Bárcenas), afirmar que lo de Cerdán “es un asunto de una persona que no tiene que ver con el Partido Socialista”, es exponerse a una descompensación del azúcar, la tensión o la saturación. “Yo sólo padezco de colon irritable”. En ese caso, póngase un dodotis por si el cuarto de baño más cercano está ocupado.

stats