Opinión

Juan Deus

La pesca en el parque natural Cabo de Gata-Níjar

20 de junio 2009 - 01:00

EL Parque Natural Cabo de Gata-Nijar fue el primer espacio marítimo-terrestre protegido de Andalucía. Debido a los contrastes existentes entre el medio marino, el litoral y el terrestre, a las numerosas especies exclusivas que alberga y a las características propias de uno de los ecosistemas más áridos de Europa, este espacio fue también reconocido internacionalmente como Reserva de la Biosfera. Gran parte de la peculiaridad ecológica y paisajística del Parque tiene su origen en la ausencia de invierno climático y en su diversidad geológica.

Ante la evidente necesidad de proteger ciertos enclaves pesqueros en las aguas exteriores de la costa de Almería, en 1995 se publica la norma por la que se crea la Reserva Marina de Cabo de Gata. La Reserva Marina tiene una extensión de 4.613,45 ha, extendiéndose desde Carboneras al norte, hasta la Laja del Cabo de Gata al sur. Las aguas del Parque, de gran transparencia, albergan variadas comunidades mediterráneas en las que se hace sentir la influencia de las aguas atlánticas, lo que les confiere un elevado valor biogeográfico. Plantas como Poseidonia, algas y variadas especies de invertebrados y vertebrados pueblan la reserva.

Las modalidades de pesca que utilizan se van alternando a lo largo del año, ajustándose a los seguimientos de las rutas migratorias y la biología de las especies, gracias a los conocimientos adquiridos de generación en generación. Conocimientos básicos que se adaptan perfectamente al medio que explotan. Las especies más emblemáticas de la zona son: mero, abadejo, lecha, salmonete, gallineta, caracola tritón y pulpo de roca.

Los abusos en el pasado han dado lugar a que algunas de estas especies, como es el mero, se redujeran drásticamente, debido a la intensa actividad de la pesca submarina, llevada a cabo por buceadores tanto locales como extranjeros. Una vez que estas presas escasearon siguieron la misma suerte todos los peces de mayor tamaño existentes en la zona. En definitiva la pesca submarina fue un gran reclamo para el turismo en sus inicios en el Cabo de Gata, pero afectó sobremanera a la pesca y a diversidad de especies en la zona.

Por tanto las medidas que debieron adoptarse tanto en el Parque como en la Reserva fueron encaminadas a no autorizar este tipo de pesca y a conseguir que se fueran recuperando en el tiempo estas especies y que los ejemplares supervivientes fueran generando nuevas poblaciones.

Por otra parte la inclusión en el Parque Cabo de Gata Nijar, del litoral y el medio marino circundante, afectó en gran medida a los pescadores de la zona, ya que vieron como se introducían limitaciones en sus faenas de pesca.

La pesca profesional ha sufrido una gran revolución, con la implantación de una Política Pesquera Comunitaria, que aunque dedica especial atención a la pesca costera artesanal, introduce numerosas normas que han de cumplir las embarcaciones.

Los pescadores del Cabo, muy diseminados y con escasa integración en las Asociaciones Pesqueras de la provincia, necesitan una adaptación a los nuevos tiempos.

A la vez que se ha incrementado la regulación del sector pesquero, otro tipo de herramientas se han introducido para impulsar las especiales características de sus capturas, como son las marcas de calidad y en especial la marca Parque Natural.

Es evidente la gran calidad del producto que se obtiene en esta zona, derivada de la extraordinaria calidad de estas aguas.

Un distintivo de calidad para estos productos permitiría alcanzar una mayor valoración por los consumidores, con el consiguiente incremento de su merecido valor.

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