
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
A Montero no le salen las cuentas
No lo hizo cuando pacto con Bildu, tampoco cuando se unió a la extrema derecha catalana, cuando el dinero de todos los españoles se lo llevan camino de Cataluña, cuando sacó de la cárcel a los de los Eres, ni cuando Ábalos fue empitonado por la justicia. No les pidió perdón a Sotillos y demás socialistas tras unas primarias falseadas, cuando no robadas a sus propios compañeros. Tampoco cuando se descubrió los chanchullos de su esposa, ni cuando el compositor de su hermano nos ofrecía las operetas bufas de su oficina, su puesto de trabajo y sus impuestos pagados fuera de España. En todas esas ocasiones, y cientos de ellas más, Pedro el llorón, no nos pidió perdón. El pasado jueves salió ante los medios, y casi con los pucheros de un bebé de meses, nos pidió perdón una y otra vez, una y otra vez. Pero él no dimite. Él, que es el culpable de todo lo que ha venido ocurriendo en el Psoe, no convoca elecciones para que los ciudadanos decidan el futuro de España y de los ciudadanos. No dimite como secretario federal del Psoe, y deja que sea otro socialista el que pueda hacer que flote el barco que ha hundido en estos años. Sí, Pedro, tus ansias de poder han acabado con el Psoe. Por mucho que Tezanos y su cocina venga a ayudarte, deberías tomarte en serio los muchos mensajes que te están llegando, deja la secretaría, presenta la dimisión y que sea otro el futuro candidato del Psoe a las elecciones. Es difícil de entender que nos quieras convencer de que tú no sabías nada de lo que ocurría con tus secretarios de organización, tus fontaneros, tus famosas cloacas. Tampoco de lo que ocurría con los trabajos de tu esposa, con los de tu hermano, su mentor en Extremadura, imagino que tampoco sabías lo del tercer hombre de María Jesús Montero y sus coimas por quitar multas, algo que no te debe extrañar, pues a los delincuentes catalanes les has perdonado dinero, años de cárcel y amnistía para todo lo que quieran. Y sigues diciendo, con cara de no haber roto nunca un plato, poniendo cara de triste y haciendo casi pucheros como un crio al que pillan comiendo caramelos, que no dimites, que no convocas elecciones, que no dejas que el Psoe intente limpiar, si es que puede, un poco de su historia tras tu paso y el de Zapatero. Decía el joven Sotillos, que algunos años tendrán que pasar para que la gente vuelva a confiar en el socialismo. Y creo que tiene razón. Es necesario, urgente, que Pedro deje el partido socialista, y que alguien se ponga al frente para su regeneración.
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