AntoniO RÍOS LUNA

Cuando el pie quema

Es posible que sufra alguna neuropatía por atrapamiento de los nervios

SI alguna vez tras una larga caminata, tras correr o jugar al pádel, usted ha sufrido quemazón o ha sentido electricidad en el talón o la planta del pie, es posible que sufra alguna de las neuropatías por atrapameinto de alguno de los nervios del pie.

Las neuropatías adquiridas de la extremidad inferior son frecuentes, pudiendo estar implicados todos los nervios del pie, tobillo y pierna. El término de atrapamiento nervioso, puede ser usado para describir cualquier tipo de lesión nerviosa periférica. Kopell y Thompson clásicamente describieron la "neuropatía compresiva", como "una lesión localizada e inflamatoria de un nervio periférico, que aparece tras una irritación mecánica producida por alguna estructura vecina compresiva".

Las neuropatías compresivas tienen múltiples causas siendo los signos y síntomas de presentación muy variables en función del grado de daño neural y de cual sea el nervio afectado. Una neuropatía periférica se puede producir tras múltiples causas:

-Trauma agudo o microtraumatismos de repetición.

-Atrapamiento nervioso periférico: habitualmente se forma inicialmente un neuroma que generalmente se localiza por encima del lugar de compresión. Si la causa compresiva continúa, forma una fibrosis intraneural que altera la conducción e inhibe la remielinización. Si persiste, se produce una degeneración walleriana distal y una isquemia neural por afectación de los vasa nervorum que son los encargados de llevar el riego sanguíneo a los nervios.

-Compresión por estructuras vecinas tales como grupos musculares, bandas fibrosas, superficies óseas …

-Neoplasias: infiltración metastática, neurilemoma (schwanoma), ganglión, varices, lipomas …

-Disfunción microvascular y atrofia cutánea como complicación de problemas metabólicos: Artrítis reumatoide, Diabetes Mellitus, enfermedad vascular periférica, hiperlipidemia, hipotiroidismo…

-Es importante descartar la lesión a doble nivel, esto es que la disfunción proximal de un nervio o la presencia de una metabolopatia, predisponen a una lesión nerviosa más distal.

-Causas exógenas tales como: traumatismo nervioso con pérdida de continuidad por sección o avulsión, o causas compresivas secundarias a un síndrome compartimental. También puede ocurrir tras una fractura, luxación, lesión tras inyección o lesión por tracción que ocasione un hematoma intraneural

-Iatrogénia: torniquete, presión inadecuada por una mala colocación del paciente durante una intervención.

-Infección local y hematoma que dan lugar a una fibrosis postinflamatoria

-Englobamiento del nervio periférico por fibrosis cicatricial tras una cirugía realizada sin complicaciones.

Las neuropatías compresivas que vamos a tratar son:

1. Síndrome del túnel tarsiano por compresión del nervio tibial posterior

2. Neuropatía del nervio para el abductor del quinto dedo (primera rama motora del nervio plantar externo (abductor digiti minimi).

3. Neuropatía del nervio safeno.

4. Neuropatía del nervio peroneo superficial

5. Neuropatía del nervio peroneo profundo o nervio tibial anterior.

6. Neuropatía del nervio sural

7. Neuroma de Mortón.

SÍNDROME DEL TÚNEL TARSIANO

El síndrome del túnel tarsiano (STT) se define como una neuropatía compresiva extrínseca o intrínseca, del nervio tibial posterior o de una de sus ramas. Es un síndrome análogo al del nervio mediano que se ve comprometido bajo el retinaculo flexor de la muñeca provocando el túnel carpiano, en el que el nervio tibial posterior se ve comprometido cuando pasa por debajo del retináculo flexor en la parte interna del tobillo.

Etilogía

Existe una gran variedad de causas que se pueden encontrar asociadas al síndrome del túnel tarsiano, y que dan lugar a una compresión del nervio tibial posterior o a una de sus ramas en el canal tarsal. Este nervio puede verse comprimido por la presión desde fuera o desde dentro del túnel. La causa más frecuente es desconocida y ocurre entre un 21 a un 36% de los casos. Entre un 60 y un 80% de los casos podemos encontrar una causa específica de este síndrome.

Las lesiones ocupantes de espacio (postraumáticas, neoplásicas o inflamatorias) son una de las causas más frecuentemente documentadas en la literatura. Las más frecuentes son las varicosidades (la más frecuente), las tenosinovitis, los quistes o gangliones y los neurilemomas, siendo más raras lesiones tales como lipomas y neurofibromas. Aunque son raros, no hay que olvidar que tumores malignos como puede ser el osteosarcoma también pueden dar lugar a este síndrome.

Los factores postraumáticos, se encuentran en un 17% de los casos y pueden englobar las fracturas de tobillo, esguinces o fracturas-luxaciones del tobillo y/o pie. Así, las fracturas de maleolo medial de la tibia, del calcáneo pueden ser causas posibles. Se ha asociado este síndrome con enfermedades sistémicas como puede ser la diabetes y las artritis inflamatorias. La artritis reumatoide, el hipotiroidismo, las artropatías seronegativas y las hiperlipidemias también se han visto relacionadas.

Factores musculares tales como la hipertrofia muscular del abductor hallucis, el digitorum longus y el músculo tibiocalcaneo interno o la existencia de músculos accesorios también se han visto implicados. Estudios recientes estudian la relación existente entre determinadas deformidades como son el pie plano o un retropié con un valgo fijo con el desarrollo de este síndrome, al producirse cierta tensión sobre el nervio tibial posterior.

¿Cómo es el dolor?

El paciente refiere un dolor quemante cuya localización varia según el nervio o nervios comprimidos, y que aumenta con la bipedestación o deambulación prolongadas, y mejora en reposo, con el pie en alto y al retirarse el calzado. Un dato característico es que el paciente puede presentar dolor nocturno en un 42 % de los casos. Cuando se trata de una compresión severa, las parestesias se pueden irradiar proximalmente a los gemelos. El dolor se puede localizar sobre el arco longitudinal medial, pero si se afecta el nervio plantar se puede presentar en los dedos y en la zona plantar del antepié. Si se afecta más la rama calcánea medial, los síntomas pueden ser más intensos sobre la cara medial del talón.

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