
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Capitalismo o estatalismo?
Resuelta la ecuación del liderazgo regional del PSOE andaluz con el desembarco, regreso o como ustedes quieran llamar de María Jesús Montero, ahora el melón que se abre, aunque será para mayo, es el de la provincia de Almería. Los ánimos renovados en la comunidad autónoma y la posibilidad de dar la vuelta a las encuestas con el liderazgo de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda han generado en la organización una hiperactividad que no se conocía desde los tiempos en los que Chaves o Griñán y Susana Díaz en menor medida, campaban por el ejecutivo andaluz y eran aclamados allá donde acudían de Andalucía. El tiempo de Juan Espadas en el PSOE ha sido, posiblemente, un mal que había que pasar para que la organización política hiciera la digestión de la pérdida de la Junta y asumiera, -han transcurrido seis años- que ahora son otros los que dirigen la Comunidad Autónoma, además con mayoría absoluta, y con el viento soplando a favor en todos los frentes. Los intentos habidos por cambiar de rumbo la nave han sido tan vanos y baldíos como frustrantes para quienes aún creían en el retorno de los tiempos de vino y rosas sin dar palo al agua. Y no es así. Se han dado de bruces una y otra vez con la realidad, que no es otra que el gobierno andaluz cuenta con el respaldo de los ciudadanos una encuesta sí y ota también, además de las urnas cuando los que aquí habitan le dan su respaldo.
Este es el panorama que se encuentra María Jesús Montero. Si pretende liderar desde Madrid se equivoca. La confianza y el apoyo de la gente se logra con cercanía, con visitas a las ciudades y pueblos de la comunidad y con un programa serio y creíble, con el apoyo del Gobierno de la nación evitando las discriminaciones que tanto daño han hecho en los últimos tiempos.
¿YAlmería? La intención es que el Gongreso Provincial se celebre en mayo. Está por ver si Juan Antonio Lorenzo opta a la reelección y si va a encontrar alguna oposición organizada que sea capaz de desbancar el poder establecido. Al parecer, y después de la famosa justificación de “asuntos personales” en la pérdida de una importante votación en el Congreso, a la que el también diputado no asistió, su suerte está echada.
Pero eso son sólo intenciones. Ahora hay que formar una candidatura con un liderazgo fuerte y que cuente con el apoyo de la organización para hacerle frente. Sea como fuere, no va a ser fácil que pierda un Congreso, aunque tampoco va a ser un paseo para aquellos que hoy son críticos, -una masa social que crece en la organización-, pero que aún no se aglutinado en torno a una figura emergente, lo que se conoce como mirlo blanco, en un partido que a nivel provincial no vive sus mejores momentos, con escasa presencia en la sociedad y menor aún en las administraciones provinciales y de los pueblos. El reto es morrocotudo, como ven, aunque nada es imposible si hay ganas de trabajar y esperanza en un futuro mejor. Veremos.
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