República de las Letras

"Como putas en cuaresma"

Moreno Bonilla estará poniendo sus barbas a remojar: el próximo asalto de la extrema derecha será Andalucía

Así están ahora muchos de los que tanto criticaron y tanto ladraron contra el Gobierno de Coalición de izquierdas. Están avergonzados del pacto de Castilla-León. Pero no porque les repugne gobernar con la extrema derecha, ni porque crean que la democracia en la región y en el país va a sufrir un serio deterioro con la entrada del neofascismo en las instituciones. No. Eso a ellos les trae sin cuidado. Al fin y al cabo, siempre han sido poco demócratas. Están callados porque esperan un aluvión de críticas, y cuando eso ocurre se ponen de perfil, como Feijóo, y a verlas venir, como Moreno Bonilla en Andalucía. Para éste, por cierto, sería un mal menor tener que gobernar al dictado de los ultras, el caso es mantenerse en el poder.

Como en los años 30 del pasado siglo en Alemania, el fascismo ha comenzado a introducirse en las altas instancias estatales para desde allí dinamitar la democracia. Son gente que rechazan el Estado de las Autonomías, contrarios a la inmigración -pobre, se entiende-, por tanto xenófobos y racistas. Son antifeministas y pretenden reducir a la mujer a la vida doméstica y destinarla exclusivamente a la procreación -la mujer, se decía en el franquismo, con la pata quebrada en casa, atada a la pata de la cama y a zurcir calcetines-. Son homófobos, rechazan la violencia de género y la memoria histórica, y mitómanos monárquicos para los que haga lo que haga el rey, siempre estará bien. Representan la vuelta al No-Do y al ultracatolicismo -los únicos que han rechazado una investigación del Congreso por abusos sexuales a menores en la Iglesia-. Un currículum nada tranquilizador para nadie.

Pues Moreno Bonilla estará poniendo sus barbas a remojar, porque el próximo asalto de la extrema derecha será Andalucía. Es de esperar que hasta las elecciones andaluzas los de Castilla-León sean comedidos, para no asustar. Pero no se engañe nadie. Son los mismos perros franquistas con distintos collares.

Por cierto, para quien por su juventud no sepa el significado de la expresión del titular, aclarar que en tiempos de Franco, cuando comenzaba la Cuaresma, se solía enviar a la policía a cerrar de grado o por fuerza los prostíbulos y a "recoger", se decía, a las más conocidas putas locales, arrestándolas para quitarlas de la circulación hasta que pasara Semana Santa. Luego eran ellos, hipócritas, los principales clientes de los lupanares. Así que, eso: chiiiisst.

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