Opinión

Aurelio Romero

Ruedas de prensa sin prensa

27 de junio 2025 - 03:07

El ensayo salió muy bien. Porque fue un ensayo, ¿no? En la sala de prensa de Moncloa, totalmente vacía, apareció Pedro, caminó hasta el atril y, dirigiéndose a unos inexistentes periodistas, largó eso de que el gasto en Defensa no iba a superar el 2,1 por ciento del PIB, al tiempo que movía la cabeza para mirar a todos lados, como si aquello estuviera abarrotado de plumillas. “Presidente, has de imaginar que está lleno hasta la bandera”, le repetiría el asesor número 85, antes de salir a escena. “¡Ni una butaca libre! Haz como si miraras a todos”, le diría el número 144. “Piensa que hemos instalado en el jardín una pantalla para los periodistas que no han podido entrar”, le comunicaría el 391. Y cuando el presidente terminó su alegato, se fue por donde había venido. Hombre, yo creo que faltaron unos aplausos en off, es una idea que dejo aquí para la Secretaría de Estado de Comunicación. ¿Cómo? No, gritos enlatados de ‘¡Presidente, presidente!’, ‘¡Olé tus huevos!’ y ‘¡Trump se va a enterar!” habrían sido excesivos.

Desde hace ya tiempo los presidentes (no sólo el actual) no permitían preguntas en sus... comparecencias, porque ruedas de prensa no eran: allí no ‘rodaba’ nada. En los contadísimos casos en los que sí las autorizaban, muchos reporteros, ansiosos, levantaban la mano a ver si tenían suerte, pero los agraciados sólo eran cuatro o cinco. Encima, algún insolidario, tras enrollarse de mala manera sobre lo que iba a consultar, lanzaba tres preguntas, tres (“¡Es que llevo dos años esperando y para una vez que me toca…!”), facilitando al compareciente la oportunidad de escaquearse, porque si ya con una sola y breve cuestión el otro contestaba otra cosa, con tres preguntas distintas y larguísimas veía los cielos abiertos para responder lo que le daba la gana... sólo a la última. (“Si me permite, voy a empezar por esto último que me plantea…”) Empezaba y también terminaba, ‘olvidándose’ de lo primero y lo segundo. Y como no se podía repreguntar… Mejor ruedas de prensa sin preguntas, sí. Pero, claro, allí no deja de haber muchos periodistas que pueden hacer diferentes gestos, como llevarse las manos a la cabeza por algo de lo que oyen, hacer comentarios entre ellos y hasta reírse, incluso descojonarse, mientras el presidente dice unas cosas… (“Yo de esto me he enterado esta mañana”)… Así que mucho mejor ruedas de prensa sin… prensa. Habrá que ver si se convierte en costumbre.

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