Un relato woke de la extrema izquierda
Santa Isabel y san Pedro
Una diputada provincial del PSOE de Granada ha dicho que a Pedro Sánchez “algún día lo haremos santo”, y Salvador Illa, que acaba de ser recibido por el Papa León XIV, igual ya le ha comentado algo. Ahora bien, si hay que canonizar a alguien de la política española pienso que Ayuso está ‘primer’ (creo que para la canonización hay que morirse antes, y por supuesto les deseo una larga vida a ambos, pero si hay mucha lista de espera, mejor apuntarlos con tiempo a los dos, aunque primero, repito, a la presidenta madrileña). ¿Que Sánchez obra el milagro continuo de gobernar año tras año sin Presupuestos (lo de gobernar lo dicen sus seguidores, que son muchísimos), y consigue no dimitir por nada, con tantos asuntos como se le acumulan, porque eso de ‘in vigilando’ no es lo suyo, él es más bien de ‘in pasando’ ampliamente de todo? Desde luego, pero los milagros de Ayuso (también con muchos fans) son más gordos: con sus ‘ayusadas’ cada vez más increíbles potencia a todos sus rivales, es una auténtica joya no sólo para los socialistas sino para los nacionalistas vascos y catalanes.
A Pedro le viene muy bien Isabel, y viceversa: ella, al igual que él, va para estadista y no habla de la comunidad madrileña, que le queda muy pequeña. Tú ves y escuchas a esta señora y te preguntas si todo lo que dice se lo transmite antes su jefe de gabinete, el célebre MAR, o lo del ‘pim, pam, pum’ que se inventó como ‘amenaza’ del lehendakari Pradales fue una ‘morcilla’ que metió en el guión que llevaba, pero eso no importa. El caso es que gracias a ella el supremacista PNV, una de las fuerzas más reaccionarias de Europa, parece ahora un partido socialdemócrata. ¿No es eso un milagro? (No, que en las tertulias de TVE no se hable de otra cosa y se pase muy de puntillas por lo de Begoña no es milagroso, es lo normal en esa televisión que se dice pública). En Génova sabrán lo que hacen, pero si Ayuso sigue tirando del PP más y más a la derecha, dejando a Vox casi en el centro, conseguirá el gran milagro: que Sánchez, tras las próximas elecciones, logre de nuevo la investidura. Ganar no ganará, pero además de sus actuales socios conseguirá traer al ‘lado correcto de la Historia’ a los ultras de Aliança Catalana, que acabarán presentándose a las generales, aunque ahora anuncien que sólo a las catalanas, y dirá de ellos, como dijo de Puigdemont, que son progresistas. ¿San Pedro? Bueno, pero primero santa Isabel.
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