La tribuna

Coronel Javier Soriano

El sermón de Fray Antón Montesinos

04 de noviembre 2016 - 01:00

EL 12 de Octubre es una fecha que genera controversia a raíz de las diferentes interpretaciones respecto a su significado, como este año se ha visto una vez más reflejado en la celebración de este Día de Fiesta Nacional al surgir voces airadas contra esta festividad asociadas a la imagen de una España brutal en sus métodos de conquista y con el genocidio de numerosas comunidades indígenas de Hispanoamérica. Evidentemente, es necesario analizar la conquista y colonización española de América dentro del contexto histórico en la que se produjo, en un tiempo (siglos XV y XVI) en el que Europa caminaba políticamente hacia la consolidación de los estados nacionales y al fortalecimiento del poder Real, y que, al mismo tiempo, mantenía vigentes los fundamentos ideológicos creados por la cristiandad medieval, que establecía la fe común como la mejor garantía de estabilidad social. Las conquistas en los nuevos territorios no fueron sino una prolongación de la cruzada peninsular que había terminado con la reconquista de Granada.

El descubrimiento atrajo al aventurero, al soldado y al religioso con las promesas del oro, de la hazaña bélica y de la fe que se iba a predicar. Pero cuando llegamos a América, no sabíamos nada de los indígenas y algunos dudaban de su misma condición humana, habida cuenta de su atraso respecto a nosotros, de que iban desnudos, dormían en el suelo, no conocían la rueda, etc…. Nuestros Reyes quisieron darles desde el primer momento la consideración de súbditos libres, siendo las relaciones entre cristianos e indígenas, el derecho y las limitaciones de la guerra, la conquista y el dominio de los pueblos paganos problemas que se debatieron con pasión en España.

Como consecuencia de esos debates, en diciembre de 1512 se promulgaron las "Ordenanzas Reales dadas para el buen Regimiento y Tratamiento de los Indios", conocidas como Leyes de Burgos, que constaban de 35 Ordenanzas, muy exhaustivas, cuyo denominador común era la función protectora del indígena, al objeto de conformar su propio estatuto civil, constituyendo el primer Código exclusivo para las Indias con las que los Monarcas españoles trataron de poner orden en las nuevas tierras, atendiendo a la convivencia con los indígenas, a los que se les dio unos derechos, al contrario de lo que harían otros pueblos conquistadores.

Su carácter primario, en cuanto a la condición de ser el primer monumento legislativo sobre derechos humanos, coloca a las Leyes de Burgos a la cabeza de la legislación de este tipo, y la actuación de España con respecto a la que llevaron a cabo en situaciones análogas otras naciones colonizadores, como un ejemplo de moderación hacia pueblos conquistados.

Las Leyes de Burgos precisaban en su preámbulo que la verdadera justificación del régimen de establecimientos en "bohíos" y encomiendas era la de facilitar la evangelización de los indígenas para consolidar su libertad civil, regular sus estancias, su habitabilidad y su propio patrimonio familiar, insistiendo en el buen tratamiento de los indios y el decidido interés Real en ampararles y protegerles. Uno de los preceptos más novedosos de estas Leyes era el que contemplaba la protección del trabajo para mujeres y niños (Ordenanza XVIII).

Estas Leyes son un hito histórico en el sentido de que ninguna otra nación conquistadora ha sido tan sensible y generosa como fue España con los pueblos conquistados de América. Pero su verdadero origen fue sin duda alguna la denuncia hecha por fray Antón Montesinos en sermón pronunciado en el púlpito de la iglesia de los Dominicos en la isla de La Española en diciembre de 1511 ante las Autoridades españolas, en el que censuraba duramente las injusticias de estos contra los indios, sermón que empezaba con las siguientes palabras: "Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios?....". Las Leyes de Burgos fueron la consecuencia política y jurídica de este sermón.

500 años después del sermón de Fray Antón Montesinos algunos se suben a otro tipo de púlpitos para deslegitimar nuestra conquista de América, siguiendo el camino de la demagogia en lugar del rigor histórico. Es de esperar que algún día seamos capaces nosotros mismos de valorar lo que ha significado en nuestra historia el Descubrimiento de América.

Consultemos y conozcamos más la historia para sentir menos odio y más orgullo por como fuimos y como somos.

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