La teta de Sabrina

LA nochevieja es siempre un punto de encuentro donde confluyen viejos recuerdos y propósitos futuros. Como yo soy un tipo agitado no suelo esperar a esta época para cambiar tal o cual cosa. Lo hago día a día. Visto esto, en una fecha tan señalada, sólo me queda mirar atrás y así, inevitablemente, me viene a la cabeza una imagen de otra nochevieja. Pensaréis que hablo de Encarna de noche pero no. A mi cabeza viene una imagen mucho más impactante: la de la teta de Sabrina, esa pseudocantante italiana que maravilló a España en la Nochevieja de 1988. Momentos como este son recordados toda una vida. Yo, por entonces, contaba 8 años y lo tengo tatuado en el cerebro. Mi padre seguro que también recuerda mi entusiasmo cuando grité "¡que se le sale la teta papá!". Momentos como este marcan a una generación y hoy me quiero imaginar que ustedes antes de leer esto ya lo habían recordado. Disfruten recordando. Feliz año.