Tiempo de unidad

24 de junio 2025 - 03:08

Las tertulias televisivas están haciendo su agosto con lo de Cerdán. Van a tener mucho material para rellenar horas y horas de emisión y muchísimos anuncios, que es lo que les interesa de verdad. Cerdán-Ábalos-Koldo les van a inflar las cuentas como nunca antes. Que sí, que hay que informar, que el caso es grave, que puede salir mucho más, que el gobierno de coalición de izquierdas está tocado, que el PSOE también… Que es importante la cosa. La corrupción de los otros es o ha sido tan grave o más, pero en estos momentos la actualidad, que es la que importa, la que trae publicidad a las cadenas, es Cerdán y compañía. Menos los empresarios que solicitaron y pagaron los favores, a esos se les menciona muy poco, porque el foco de los medios está sobre los políticos.

Pues todo esto está teniendo dos derivadas: una, que la gente de derechas difunda que todos los políticos de izquierdas son corruptos, lo que no tiene nada que ver con la realidad, a la vez que se instale en la izquierda un sentimiento de derrota anticipada, un pesimismo que para los otros equivalga a que admiten ser, en efecto, unos corruptos y ellos, claro, van a ser los salvadores de la patria. Otra, que la crispación crezca, el odio aumente y que por ejemplo las casas del pueblo del PSOE sean vandalizadas –se dice ahora, pobres vándalos históricos– con impunidad total. Que el clima político se llene de insultos y siga aumentando en la gente el sentimiento de que los políticos solo se ocupan de sus latrocinios y no de los problemas sociales. Por ejemplo, el otro día me preguntaba alguien, en plan retórico, cuándo se habla en la Asamblea de la Comunidad de Madrid de los asuntos de la Comunidad de Madrid, de la gente de la Comunidad de Madrid. Pero volviendo a lo que está de moda: a la izquierda social, a la gente izquierdas no van las tertulias o los insultos de la derecha a convencerla de que cambie su voto. Para la izquierda, razón y sentimiento, cerebro y corazón no son domeñables por el ruido, las hipérboles, los exabruptos y el odio de la derecha. Mientras el presidente se mantenga firme, esto sigue adelante. Las conquistas sociales conseguidas avalan su gestión. Ahora lo que debería tocar es la unidad de la izquierda. Pero mucho me temo que más bien es el momento de las venganzas. Mal servicio se hace así al pueblo que dicen representar. Ahora toca la unidad. Lo demás es perder la oportunidad.

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