El Pingurucho

Fátima Herrera

Universidad pública

17 de junio 2025 - 03:07

Venimos observando con preocupación cómo los responsables de la Universidad de Almería se lamentan de la falta de fondos que reciben de la Junta de Andalucía. Y no exageran. Desde el año 2021, Moreno Bonilla ha recortado el 40% de la inversión en infraestructuras universitarias y otro 40% en los últimos tres años de las políticas y partidas dedicadas a la investigación. Sin duda, esta situación de asfixia no es casual. La estrategia del Partido Popular en Andalucía tiene un objetivo muy claro: deteriorar la calidad de los servicios públicos para justificar así su privatización. Lo estamos viendo con la sanidad, otro de los pilares de nuestro estado de bienestar, que con tanto esfuerzo gobiernos socialistas levantaron en Andalucía.

En el caso de la UAL, hemos asistido a una vuelta de tuerca más. Sin ningún rubor, la alcaldesa de Almería ha instado a sus responsables a ‘ponerse la pilas’ porque, según dice, está ‘tocando puertas y manteniendo conversaciones’ para que pueda venir una universidad privada. ¿En serio que la alcaldesa de Almería se dedica a promover intereses privados, con la ingente cantidad de deficiencias que presentan nuestra ciudad y los servicios públicos municipales? ¿A qué se debe esta velada amenaza? ¿Sería posible que la alcaldesa entregara suelos públicos a una empresa privada para que instalara su universidad en lugar de dedicarlos a construir vivienda asequible, un nuevo centro de salud o un colegio público? Todas estas preguntas necesitan respuesta y esperamos que las ofrezca en el próximo pleno del Ayuntamiento, donde le apelaremos de forma directa.

Nada que objetar sobre las universidades privadas, pero sí, y mucho, contra aquellas que está montando el Partido Popular en Andalucía, sin avales suficientes, sin solvencia y con una mínima calidad. Es necesario desenmascarar ya esta estrategia de descrédito y desprestigio de lo público que Moreno Bonilla está aplicando, arrinconando el interés general para potenciar el negocio de unos pocos. A la Universidad de Almería no se la puede amenazar, sino que hay que defenderla porque es una institución con un extraordinario prestigio, tanto en Almería como fuera de nuestra provincia, por su calidad en la docencia y su compromiso con la ciencia y la investigación.

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