¿quién no se acuerda de su propia reivindicación? Corría el año 1992. Antena 3. Programa en prime time. Francisco Umbral. Enfrente Mercedes Milá conducía el espacio con su genial maestría. Llegaba la hora del final y transformó en un genérico social para reivindicar la visibilidad propia. El libro era "La década roja". Ya en ese tiempo, Umbral había conquistado Madrid con su prosa y con su imagen dandy de libro: melena, pañuelo al cuello, buen abrigo y gafas de pasta.

Todo esto ya forma parte de la historia de uno de los escritores más reconocidos en la época y padre del columnismo periodístico.

El pasado 28 de agosto, se cumplieron 15 años que se fue para siempre. Con motivo de su nominación para los Goya, en el año 2021, a la mejor película documental, con "Anatomía de un dandy", su viuda, María España abrió el libro de su corazón para descubrir algunos de los capítulos más íntimos del que fuera uno de los matrimonios más estables y románticos del mundo de la cultura hispana. "Hay otros mundos, pero están en ti". Esta frase dedicada por el escritor a su mujer, tiene brillantez y generosidad. No se puede decir más con menos palabras.

"Francisco tenía miedo a enfermar y envejecer". Era un hombre tan seguro en tantas cosas, pero tenía ese punto débil: el temor a la enfermedad, al dolor, al envejecimiento.

Este vallisoletano, llegó a Madrid con 29 años, y desde un primer momento que entró en el Café Gijón ya sabía que tomaría Madrid con su máquina de escribir. En 1966 escribió su experimental y vanguardista "Travesía de Madrid". A través de sus palabras, el autor nos lleva de la mano por sus calles. Un recorrido iniciático que nos permite descubrir y disfrutar de una ciudad nueva.

Vivió con una herida permanente, la muerte de su hijo Pincho, con tan solo 5 años, por leucemia. Un dolor que volcó en su novela más aplaudida, "Mortal y rosa" (1975). "He conocido la única verdad posible: la vida y muerte de mi hijo, y sin embargo, he optado o estoy optando por el engaño, por el autoengaño…" Mi libro de cabecera es, "Las ninfas", un libro que le valió el reconocimiento del Premio Nadal. Entre su inmenso legado, también figuran "El hijo de Greta Garbo", "Los helechos arborescentes" y "Trilogía de Madrid".

En los años 90 el todo Madrid quería salir en su columna de El Mundo.

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