En el Valle del Almanzora de Almería, en la zona conocida como Comarca del Mármol, se encuentra Cantoria, un municipio en el que el viajero puede encontrar la ansiada tranquilidad paseando por su trazado rectilíneo de calles con casitas entre las que sobresale la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, templo del siglo XIX que bien podría parecer una catedral. Al otro lado, también destacando pero por estar construida en lo alto de un cerro, se encuentra la Ermita San Cayetano y San Antón, contemplando el pueblo.

Cantoria posee un importante legado histórico, de los más ricos de la comarca. A los templos ya mencionados se suma el Palacio del Almanzora, ubicado en la pedanía del mismo nombre y declarado Monumento Histórico Artístico en 1982. Un espléndido edificio de estilo neoclásico construido como casa solariega de las familias de los Marqueses de Villafranca y del Marqués de la Romana.

Palacio del Almanzora, una de las joyas arquitectónicas de la provincia de Almería.

Y si se habla del patrimonio cantoriano, no se puede obviar la Torreta de La Perula, situada en el paraje de La Hojilla. Un estructura que se cree que podía ser de origen árabe y que ahí sigue, muchos siglos después, oteando el horizonte.

También de la época musulmana es el lugar viejo, situado frente al actual emplazamiento de Cantoria, en una colina que emerge sobre el margen derecho del río Almanzora. Existen restos de la ciudad musulmana que, aunque en un estado muy deteriorado, dan idea de la importancia de la que gozó la localidad durante el siglo XII.

La Torreta de la Perula, vestigio de su pasado musulmán.

Esta localidad almeriense es ideal también para los amantes del turismo activo, pues además de tener parajes naturales de gran belleza por los que caminar, por Cantoria pasa la Vía Verde del Almanzora, sobre la antigua línea del ferrocarril Guadix-Almendricos (Granada-Murcia) que se construyó para dar rápida salida al mineral de la zona. Aunque ya hace más de tres décadas que Cantoria carece de servicio ferroviario, su Estación de Ferrocarril se muestra tal y como era cuando sus andenes esperaban bulliciosos la inminente llegada de El Correo, que cubría la ruta Alicante-Granada, o “El Frutero”, un tren de mercancías “rápido” que llevaba un vagón de tercera clase con asientos de madera.

El fuego es protagonista cada año en enero por San Antón.

Y cuando la situación de la pandemia lo permita, enero volverá a ser el mes del fuego en sus fiestas de Las Carretillas. Por San Antón, y desde tiempos inmemoriales, las calles de Cantoria se llenan de hogueras y chispas de fuego con las carretillas, una especie de canutos de cartón (antiguamente eran de caña) se rellenan de un compuesto de pólvora y limadura de hierro que al prenderse deben cumplir tres premisas básicas: no explotar, ni elevarse, sino moverse zigzagueantes a ras de suelo. Un espectáculo que merece una visita allá por el 16 de enero.