Semana Santa
  • Desde sus orígenes, las cofradías de la capital almeriense procesionaron sus tronos cargados por portadores y, en algunos casos, con túnicas y faraona

Capataces y costaleros: 40 años del costal como sistema de carga de los pasos en Almería (1984 –2024)

Cuadrillas de la Macarena en la actualidad. Cuadrillas de la Macarena en la actualidad.

Cuadrillas de la Macarena en la actualidad. / Ángel Moreno

Escrito por

Antonio Andrés Díaz Cantón

Dos años antes, la Semana Santa de 1982 presentó entre otras muchas circunstancias en nuestra Ciudad, la peculiaridad de haberse tomado historiográficamente como arranque de lo que hoy todos conocemos como capataces y costaleros. Pero aún siendo muy posiblemente así, no podemos olvidar que ya existían antecedentes tanto remotos como próximos en nuestra memoria colectiva de almerienses que fueron los antiguos guías y portadores de andas, o encargados y collas de peones también almerienses que cargaron y acarrearon los santos, tronos y peanas de antaño, y que muy posiblemente aquellos hombres tal y como lo comentaba Manuel Fernández Gil (1999): “Ellos sí fueron los primeros”. En Almería desde sus orígenes las cofradías procesionaron sus tronos cargados por portadores y en algunos casos con túnicas y faraonas. A finales de los años 20 del siglo pasado comenzaron a emplearse velámenes (candelerías) de luz eléctrica con baterías, así como mayor tamaño de esos mismos tronos, lo que con este aumento de tamaño y peso se comenzó a obligar a incluir chasis metálicos con ruedas y un volante para permitir los giros. O bien dos ejes con cuatro ruedas, o bien en algún caso con dos en un eje central del trono para intentar simular mejor el movimiento.

Va a ser a partir de la década de los años setenta del pasado siglo cuando comiencen a introducirse sensibles cambios sociales en nuestro país y que lógicamente también van a afectar a nuestra Ciudad, cambios que en cierto modo serán revolucionarios y que además coincidieron con una clara etapa de crecimiento económico, propiciada en parte por la emigración de mano de obra tanto a Europa Occidental como a los núcleos industriales de nuestro país en el País Vasco y Cataluña, así como por el aumento masivo del turismo. Comienza a despegar la industrialización, y con ella la especialización del trabajo y la disminución de los trabajos más duros de carga y descarga, subiendo también el nivel salarial.

Todos estos cambios van a coincidir con los intentos por parte de los propios hermanos de las cofradías de retomar el lugar que ellos mismos van a comenzar a considerar como protagonistas de cargar con las imágenes de sus devociones sobre unas sencillas andas como en el pasado.

Aunque ha habido pasos que continuaron casi siempre portados por hombres, El Cristo de la Buena Muerte, la Verónica y el Nazareno, del Escucha, el Calvario, la Santa Cruz de la Soledad. El Miércoles Santo de 1.976 desfiló delante del trono de la Oración en el Huerto de la Cofradía de Estudiantes el Crucificado de la Parroquia de Santiago, sobre los hombros de cuatro cofrades vestidos de penitentes con capirote y del tramo del Cristo. Unos años más tarde, en 1980, comienza a procesionar sin trono el Cristo Crucificado de la Buena Muerte de la Hermandad de Angustias sobre los hombros de un puñado de penitentes, que en esa ocasión llevaban antifaz pero sin capirote. En 1982 en esta misma Hermandad de Angustias procesiona el paso simbólico-alegórico del Misterio del Calvario con tres cruces y un sudario sobre unas sencillas andas al hombro de dieciséis hermanos penitentes con la túnica de esta hermandad con antifaz o capuchón pero sin capirote. Igualmente en este mismo año la Cofradía de la Soledad recupera para su cortejo procesional un antiguo misterio alegórico de una Cruz con un sudario y que es portado en andas por doce penitentes que además coincidentemente llevaban la túnica de la Hermandad de Angustias igualmente con antifaz pero sin capirote.

Desde 1982 hasta 1994 las ruedas van a ir desapareciendo en un primer momento con transiciones de adaptaciones de los pasos a varales exteriores, aunque tenemos que indicar que este panorama previo en nuestra Ciudad se le van a sumar la llegada de dos grandes líneas de influencia. Por un lado la de Sevilla con el costal y la trabajadera transversal al paso, y por otro lado la de Granada, aunque también existen connotaciones paralelas de su posible origen en las ciudades sevillanas de Utrera y Osuna, cargando sobre los dos hombros y con trabajaderas pareadas y longitudinales al paso. También hay que mencionar una tercera línea la tradicional de andas con portadores en el exterior cargando a un solo hombro y de la que solo se mantiene en la actualidad además del tradicional Cristo del Escucha, el Cristo del Perdón, la Santa Mujer Verónica y la influencia de Málaga con el paso del Santo Sepulcro a varal corrido.

Influencia sevillana

La influencia de Sevilla nace con la marcha a esta ciudad por motivos laborales a mediados de la década de los setenta del siglo XX de un directivo y anterior hermano mayor de la Cofradía de Estudiantes, Pedro Pavón Espín. Aprovechando esta circunstancia varios cofrades y directivos de esta hermandad visitan la Semana Santa Sevillana de 1979, quedando impresionados y rápidamente comienza a proyectarse desde estos momentos la manera de poder importar esta nueva armonía de elementos ornamentales y estéticos de los pasos y además algo fundamental: el “movimiento” que aquellos hombres sevillanos daban a esos verdaderos altares en que se convertían los pasos durante la Semana Santa. Indiscutiblemente, este movimiento suponía desterrar las ruedas para que fuesen personas las que portasen los pasos.

Tomas Carlos Galices Cantón, hermano y directivo de los Estudiantes va a capitanear como capataz la captación de personal para que la Oración en el Huerto procesionara el Miércoles Santo de 1.982 llevada a hombros, y uniformados con un pantalón oscuro, azul marino, camisa blanca y jersey burdeos. Al antiguo trono se le efectuaron algunas transformaciones colocándosele seis varales, (tres a varal corrido en dos tandas de portadores tanto delante como detrás del paso). Se realizaron unos pocos ensayos en la explanada del puerto junto a los tinglados, ya que el trono se guardaba en los antiguos locales de la Serrería López Guillén junto al Viejo Parque. Las Semanas Santas de 1982 y 1983 procesionó la Oración en el Huerto de esta forma.

Costaleros de la Esperanza en 1990. Costaleros de la Esperanza en 1990.

Costaleros de la Esperanza en 1990.

A continuación de la Cofradía de Estudiantes en ese mismo Miércoles Santo de 1982, procesionó también a varales, en el antiguo trono del Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de Angustias, el Cristo Cautivo de Medinaceli de la Hermandad del Prendimiento mandado por Blas Marín Sorroche, perdurando esta forma de portarlo hasta 1986.

En 1984, se estrena un nuevo paso para la Oración, realizado por los carpinteros almerienses Pedro Martínez Muñoz y su hijo Pedro Martínez Plaza. Que ya en el proyecto inicial se preveía el cambio en la manera de portarlo, adoptándole seis trabajaderas transversales al paso y en el interior para cargarlo a costal y que va a continuar mandándolo Tomás Carlos Galices Cantón.

Influencia granadina

La influencia de Granada se va a producir con la marcha por motivos de estudios de los jóvenes hermanos de la Cofradía de Angustias Manuel Fernández Gil y Cristóbal Cebrián Gómez. Allí en la Ciudad de los Cármenes a través de la Facultad de Derecho, muy vinculada con la Cofradía Universitaria de esta Ciudad, contactan con el capataz general de la misma Antonio Francisco Méndez García, que mandaba por entonces el palio de la Virgen de los Remedios de esta cofradía universitaria. Este hombre provenía de la Cofradía de la Cena de la que también era capataz general mandando el palio de la Virgen de la Victoria. Unos años más tarde estos jóvenes almerienses publican una nota en el diario Ideal en el otoño de 1983 invitando a todos los estudiantes almerienses en Granada, e interesados en el reciente movimiento costalero a que se pongan en contacto con ellos, tomando como referencia la cafetería de la Facultad de Derecho. Fruto de esto aparece la persona de José María Campos Casquet.

En 1984 se le colocan las nuevas trabajaderas “granainas” (ocho pareadas a dos para cuatro líneas de hombres en fondo con unos 32 hombres aproximadamente) al trono de la Virgen de la Angustias en el que van de costaleros Cristóbal Cebrián y José María Campos, mandados por Manuel López Álvarez y auxiliado como contraguía de Manuel Fernández Gil.

Traslado de soldados de la Buena Muerte. Traslado de soldados de la Buena Muerte.

Traslado de soldados de la Buena Muerte.

También en este año 1984 por primera vez el Palio de la Virgen de la Esperanza suprime definitivamente sus ruedas y es llevada por costaleros del Palio de la Virgen de la Paz de la Hermandad de la Borriquita de Granada y mandados por Antonio Medina Piñar. Siendo por tanto necesario realizar una nueva parihuela y colocarle este nuevo tipo de trabajaderas pareadas y longitudinales al paso en el interior y sobre los dos hombros, forma de cargar que perduraría hasta 1.993.

¿Influencia malagueña o continuismo tradicional?

Y la tercera línea sería la del continuismo tradicional de las andas portadas a un solo hombro y la de influencia malagueña incluido el varal corrido. Y es que a comienzos de los años ochenta el joven cofrade del Silencio Manuel Vicente Barranco Rodríguez se marcha a Ronda a estudiar en 1981 y ve por primera vez procesionar el trono de la Virgen de la Paz, Patrona de Ronda, llevada por más de cien hombres en unas largas andas a varal corrido sobre el hombro.

El Jueves Santo de 1983 se adapta a varales exteriores el trono del Cristo del Camino, mandado por el cofrade José Artés Belvér. Presentando la particularidad de que al ser una hermandad de silencio fue marcando las órdenes con los golpes de unas “castañetas” que el mismo Pepe Artés llevaba consigo. La Oración de este misma hermandad en 1986 pasa a varales exteriores, la Columna a costal en 1995, el Descendimiento a granaina en 1993 pasando con posterioridad a costal, y el palio del Consuelo a costal en 1988.

Han pasado ya más de cuarenta años desde estos inicios con los que definitivamente se fueron abandonando paulatinamente las ruedas para ir pasando a procesionarse no solo todos los pasos con personas, sino prevaleciendo mayoritariamente la supremacía de la carga a costal, con trabajaderas transversales al paso. De las actuales 23 cofradías de la nómina de la Semana Santa almeriense con un total de 42 pasos, 38 de ellos son cargados a costal y tan solo 4 con portadores.

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