La Legión custodia y procesiona al Cristo de la Buena Muerte

El Martes Santo es un día especial en la Semana Santa roquetera puesto que los legionarios sacan a hombros por las calles de El Parador la imagen del Crucificado y le rinden honores en un espectáculo religioso imponente que atrae anualmente a miles de personas. Además, hay una expectación especial este año al entrar en vigor la nueva y polémica normativa gubernamental que impide la recreación militar oficial en los actos religiosos. La sagrada e imponente talla data de 1995, pesa unos 125 kilos y tiene una altura de casi dos metros, siendo obra del imaginero sevillano Curquejo Murillo. La cruz está realizada en madera de cedro brasileño policromada. La Legión acompaña el traslado por el barrio de La Fabriquilla con sus tradicionales himnos entonando el clásico Novio de la Muerte, coreado por los presentes mientras el Cristo avanza al paso que le marcan los caballeros legionarios, que son hermanos mayores honorarios de la joven cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de La Amargura. Ponen especialmente los pelos de punta los momentos en que los soldados levantan el Cristo a hombros mientras siguen desfilando por las calles o en el interior del templo con el silencio sepulcral de la guardia.