La Virgen del Rosario del Mar, saliendo del Santuario de la Virgen del Mar

No eran aún las 17:30 cuando se abrieron las puertas de Santo Domingo para que asomara la cruz de guía de la -coloquialmente llamada- Hermandad de Rosario del Mar, retrasando este año su salida en media hora con respecto a los anteriores y siendo la primera cofradía en entrar en Carrera Oficial, concretamente a las 18:00.

La grada situada frente a la fachada principal del templo estaba absolutamente llena y además una considerable cantidad de fieles aguardaban de pie la pronta salida de esta dominicana hermandad del Jueves Santo. Cabe resaltar que, como en años anteriores, en la fachada perteneciente a la Escuela de Artes se habían instalado para la ocasión dos bellas instantáneas a gran tamaño de ambos titulares.

Poco a poco fue avanzando el cortejo formado por unos 60 penitentes ataviados con túnica negra con capa de color marfil, cíngulo blanco y rosario colgando del mismo; en el que destacaba un simpático tramo de guardería formado por una decena de pequeños que iniciaba el tramo de la Virgen.

Y cuando el cortejo se acercaba ya al Paseo un solo de corneta interpretando la marcha real hizo el silencio del público y anunció la salida de Nuestro Padre Jesús de la Penas en el abandono de sus discípulos.La imponente talla que en 1993 saliera de la gubia del sensacional imaginero hispalense Luis Álvarez Duarte salía del Santuario la Patrona ataviado con túnica morada y sobre su majestuoso paso dorado adornado con una combinación de iris morado, lilium oriental burdeos, alelí lila, tulipán rojo pallada, alstroemeria roja, clavel merletto, meyers, eucalipto cinérea y calas blancas.

Así pues, a las órdenes de su capataz Ismael Ruiz iba avanzando la cuadrilla de costaleros a los sones de ‘Relictus’, magistralmente interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz hasta encarar la revirá del Paseo de Almería. Y era en esos instantes cuando se podían escuchar las primeras instrucciones del otro capataz de la corporación, José Manuel Martínez, a sus costaleros; María Santísima del Rosario del Mar ya se dejaba ver tras el dintel del templo regido por los dominicos. La Dolorosa, que en 1996 saliera del taller del mismo artista anteriormente mencionado, lucía radiante en su paso de palio burdeos adornado con una combinación de crisantemos anastasia, clavelinas berry, statice y clavel fancy tenderly.

Este año se estrenaba la Asociación Musical de Güevejar, la cual interpretó en Carrera Oficial y por primera vez la marcha ‘Regina Dominici’ compuesta por el compositor jienense Christian Palomino Olías y dedicada a la titular mariana.

Del itinerario de esta cofradía siempre es destacable su discurrir por el entorno de la Alcazaba donde cada año se reúne una importante cantidad de fieles y de fotógrafos, pues son muchas y muy bonitas las estampas que nos dejan las bellas imágenes de esta hermandad en ese típico paisaje almeriense. De este modo, el arduo trabajo de los costaleros en ese enclave se ve, sin duda, recompensado.

Y como la primera fue en salir, también lo fue en recogerse. De nuevo uno al lado de la otra, Nuestro Padre Jesús de las Penas y su Madre se encontraron en Santo Domingo pasadas las 22:00, poniendo punto y final a otro Jueves Santo de ensueño.