Vela

Pilar Lamadrid: "Mi primer objetivo en el Mundial es la plaza para España en los Juegos"

Pilar Lamadrid porta su tabla en una regata.

Pilar Lamadrid porta su tabla en una regata. / Sailing Energy

La windsurfista sevillana Pilar Lamadrid, número 2 del Ranking Mundial de la clase olímpica iQFoil (tabla con 'foil', hidroalas) afronta la próxima semana, el Mundial de Clases Olímpicas de La Haya, con un objetivo claro, "lograr la plaza para España en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero en este deporte de la vela nunca puedes dar nada por hecho, aunque estoy trabajando duro para seguir arriba en el ranking", indica en declaraciones a Efe.

Hace dos semanas estuvo entrenando en Países Bajos, volvió a España una semana y este fin de semana vuelve para entrenar en el escenario del Mundial donde se van a repartir las primeras plazas para París 2024. Serán un total de 107 en las diez clases olímpicas, 11 en el iQFoil femenino.

Ya intentó la clasificación olímpica para Río 2016 y Tokio 2020 sin éxito. "Ahí realmente estaba terminando mis estudios, que acabé en 2018 y estaba más o menos intentando compaginar ambas cosas para no desconectarme y unirme a Marina Alabau y a Blanca Manchón, especialmente a Blanca que siempre me ha dejado la puerta abierta para entrenar con ella".

El ciclo de París 2024

"Cuando acabé la carrera de fisioterapeuta me uní a Blanca y a su equipo y la ayudé en todo lo que pude para Tokio y a mí me sirvió para coger forma y estar preparada para este ciclo para París 2024".

"Ellas dos han sido desde el primer momento mis ídolos y mi motivación y poder navegar junto a ellas hacía que pensase que mi sueño de ser olímpica podría ser posible algún día. Al final no las veía como rivales sino como el paso de una generación a otra".

A sus 26 años ya ha sido nueve veces campeona de España, cuarta en el Mundial 2021, quinta en el 2022 y fue número uno del ranking mundial en 2022.

El paso de la tabla de windsurf (RS.X) a la tabla con 'foils' (hidroalas), que debutará en París 2024, ha sido bien asumido por ella. "Tuvimos que empezar de cero, pero cada vez lo veo más parecido a la manera que teníamos de navegar antes y la única diferencia es que todo va más rápido y tienes que ir con todo planteado con más antelación; la diferencia fundamental es la rapidez", asegura.

Windsurfistas de la talla de campeonas mundiales y europeas como la israelí Sharon Kantor, la francesa Hèlene Noesmoen o la holandesa Lilian de Geus serán sus rivales directas en el Mundial. "Allí vamos a estar todas y estoy segura de que será muy igualado, no solo por la flota que competirá, sino también por la dificultad del sitio", pero tengo muchas ganas de afrontarlo".

La dureza del Mundial

"Pienso que el Mundial va a ser de las últimas regatas más duras de la temporada y donde se va a ver todo el trabajo hecho por los equipos y a qué nivel están las rivales", asevera.

Toda su familia es una apasionada de la vela y, especialmente, windsurf. ¡Estamos todos locos!", apunta ella. Tanto es la devoción por este deporte que hace 14 años su padre, un destacado windsurfista que fue campeón de Europa, trasladó a toda la familia de Sevilla al Puerto de Santa María (Cádiz).

"Eso fue culpa de mi hermano Fernando, que estuvo un año entero diciéndole a mi madre que se tenían que ir a vivir a la playa. Así que dijimos, vamos a probar un año y desde entonces nos hemos quedado en el Puerto de Santa María y entrenamos en Puerto Sherry", reveló.

Afirma que no ha dejado nada atrás por su deporte. "Elegí un estilo de vida completamente diferente. Tuve épocas centrada en mis estudios y otras centrada en navegar y como es lo que elegí no siento que me haya perdido nada y hago lo que me gusta, quizás sea una vida un poquito más solitaria, pero haberla compartido con mi familia hace que todo quede atrás".

Dieta vegana

Se cuida especialmente su forma física e incluso su alimentación es vegana. "Eso fue por probar. Empecé durante la pandemia y vi que una dieta vegana podía ser beneficiosa para los deportistas y dejé la carne y el pescado y desde entonces la he seguido con un seguimiento profesional, eso sí".

Trabaja con nutricionistas desde los 16 años. "Para la tabla de windsurf (RS.X) bajé de peso y con la iQFoil lo he ganado gradualmente y desde 2020 han sido unos 15 kg; eso sí con ayuda profesional".

En el equipo olímpico español, el entrenador del iQFoil femenino es Mateo Sanz. A ella siempre la entrenó su padre Fernando. "Mi padre siempre está ahí y cuando empezó el iQFoil no había equipo de la Federación y nos tuvimos que buscar la vida. Así que formamos equipo mi padre y mi hermano para poder navegar; la ayuda de mi padre siempre es incondicional".

"El tener ahora a Mateo me resulta gracioso porque me recuerda la forma de ser de mi padre, muy organizado, de pocas palabras y que no está por tonterías. Ha sido un gran windsurfista y nos aporta un enfoque más táctico y estratégico", concluye.

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