PIONEROS DE SEVILLA

¿Las gafas Vision Pro de Apple son revolucionarias?

Una usuaria utiliza las gafas Vision Pro de Apple Una usuaria utiliza las gafas Vision Pro de Apple

Una usuaria utiliza las gafas Vision Pro de Apple / Daniel Rosell

Cuando la inteligencia artificial está ocupando la atención de políticos que se esfuerzan por ponerle coto o de gurús que tratan de sacar tajada del tema, y eso del metaverso parecía cosa del pasado –a pesar de que muchos estaban ahorrando para comprarse un terrenito en ese universo digital, ante la subida desorbitada de los precios en el mundo real– llega Apple y saca a luz su proyecto más "revolucionario", en palabras del director ejecutivo de la compañía, Tim Cook. Y no es otro que las gafas Vision Pro.

A los de la empresa de la manzana no les gusta llamar "gafas" a un dispositivo que se asemeja a la máscara que usan los buzos. Pero lo cierto es que su lanzamiento –el pasado febrero– trajo consigo multitud de imágenes en redes sociales que pasan del chiste a la incredulidad: un joven cruzando un paso de peatones con el armatoste puesto, otro usando un ordenador invisible en el metro o dos amigos compartiendo un almuerzo sin charlar, porque su atención estaba centrada en ese nuevo mundo –aparentemente– lleno de posibilidades. Pero, ¿son tan revolucionarias como parecen?, ¿transformarán a la sociedad como lo hizo el móvil?

Los expertos consultados por Diario de Sevilla indican que aún no han podido probarlas, puesto que su llegada a Europa es una incógnita. Pero sí vaticinan lo que puede suponer la irrupción de esta tecnología. "Lo primero que debemos tener claro es que se trata de un dispositivo de realidad mixta", explica Fernando García, director de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías de la Universidad de Sevilla. Lejos de querer llevarnos a otros universos desde el sofá de casa, las de Apple pretenden combinar lo mejor del mundo virtual con la vida real: el usuario puede tocar objetos reales dentro de un universo digital y, viceversa, utilizar elementos virtuales en el entorno real.

El gran problema –más allá de la desorbitada cifra de casi 4.000 dólares para hacerse con unas– es que resultan muy aparatosas. La experiencia inmersiva que ofrece está provocando que muchos usuarios –por ahora, estadounidenses– las estén devolviendo por mareos, dolores de cabeza y lo que ya se conoce como ciberfatiga. No ayuda que pesen casi 450 gramos.

Un lanzamiento similar al de las 'tablets'

"Creo que Apple intenta alejar esta tecnología del mundo de los videojuegos, al que normalmente se asociaba, para convertirla en un dispositivo de uso normal", explica Antonio Córdoba, profesor de Ingeniería del Diseño en la Hispalense. En este sentido, matiza que puede tener grandes aplicaciones en el entorno industrial: "Una empresa puede hacer pruebas en 3D de un producto con las gafas antes de fabricar el prototipo físico, lo que supondrá un importante ahorro de costes". Ambos expertos coinciden en que la llegada de las Vision Pro puede compararse a la irrupción de las tablets, pero no será parecida a la comercialización de los móviles. Su uso se extenderá "cuando minimicen su tamaño y bajen el precio", apunta Córdoba.

No obstante, podría suponer una revolución a nivel social. "Es un primer paso para que se geste un mundo simulado que, para muchos, podría reemplazar al real", señala José María León, profesor de Psicología Social en la US haciendo referencia a la corriente filosófica de la hiperrealidad –liderada por Jean Braudillard– que sugiere que "la diferencia entre la realidad y su simulación se difumina ante nuestros ojos". "Suena futurista", admite León pero, como sucedía en Matrix, "puede haber personas que no quieran salir de ese mundo ficticio. Lamentablemente hasta que no lleguemos a este problema, no empezaremos a poner remedio".

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