A la Federación Española de Fútbol no le va a quedar otra opción que mirar hacia el Estadio de los Juegos Mediterráneos si la candidatura de España y Portugal alberga el Mundial de 2030, como así ha solicitado. Y es que el recinto construido para el acto deportivo más importante que ha vivido la provincia en su historia, los Juegos de 2005, va a situarse en el selecto grupo de los estadios de última generación.

El Mediterráneo, como coloquialmente se le conoce y que va a mantener su nombre mientras un patrocinador no le cambie el nombre a cambio de una jugosa cantidad de millones, está a punto de cambiar de fisionomía. Un cambio total, que empezará en breve con sus exteriores, ya algo deteriorados, y con sus salas interiores (vestuarios, gimnasios, salas de material, despachos...), que demandan una modernización para que el proyecto de Turki Al-Sheikh no se les quedes grande.

Han sido dieciséis años de uso continuado, con un Campeonato de Atletismo y unos Juegos Mediterráneos como soñado bautizo. La Unión Deportiva Almería de Alfonso García cogió el testigo, para codearse con los más grandes del fútbol español durante seis temporadas y ahora dar sus últimos servicios para la causa. Sus rincones esconden recuerdos también del partido de la Selección Española ante San Marino, así como de un encuentro de la sub’21. Además, el filial también logró un ascenso a Segunda B y los medio maratonianos de la ciudad terminaban sus 21 kilómetros en su interior. Igualmente, sus dependencias han albergado a gimnastas, boxeadores... El estadio de todos, va a convertirse ahora en una referencia dentro del balompié nacional y posiblemente internacional.

El Assy y Fernández Pacheco, en el escenario.

Esto no va a ser una calabaza que se convierte en un coche de caballos como ocurre en la Cenicienta. Aquí detrás hay un ambicioso proyecto forjado hace un año gracias a los petrodólares de Al-Sheikh, que poco a poco va cumpliendo promesas. Y esto no es poco viendo como están otros proyectos de mecenas, tipo Racing, Málaga o Valencia. Turki quería meter al equipo en Primera y va camino de ello, quería hacer un estadio de Champions y ayer se dieron a conocer los pormenores, quiere construir una Ciudad Deportiva y es lo próximo que tiene en la cabeza. Tiempo al tiempo, el presi está teniendo detalles (como la donación en pleno estado de alarma ante el coronavirus) que le alejan del estereotipo del jeque caprichoso. Almería se lo está agradeciendo.

Un estadio con pinta de Champions necesita una presentación galáctica. Así se desarrolló sobre el tapete del propio Estadio de los Juegos Mediterráneos. Un espectáculo de luces y colores sirvió de telonero del famoso vídeo de la remodelación del estadio, el que se moría la Almería futbolística por ver. Mohamed El Assy, director general del club, y Ramón Fernández Pacheco, tomaron finalmente las palabras para destacar lo que estas obras significan.

Fuegos artificiales para cerrar el acto.

"Tenemos mucha suerte de que Turki comprara este club. Va a dejar un recuerdo buenísimo en Almería y ojalá en breve veamos a los mejores clubes de España en el Mediterráneo. Es un estadio en el que hemos llorado, nos hemos emocionado, hemos visto ascensos... también nos hemos cabreado. El estadio va a quedar magnífico y estamos aquí para presentarlo. Si a la UDA le va bien, a Almería le va a ir bien y eso es una gran noticia. Es una suerte que Turki esté entre nosotros", dijo el alcalde.

Mohamed El Assy, por su parte, se atrevió a dar su mensaje en español, algo destacado y de agradecer puesto que hasta el momento públicamente no lo había hecho: "Hemos dado un paso más en la apuesta que estamos haciendo por este club. Vamos a tener un estadio cinco estrellas y por ello vamos a seguir trabajando".

El acto finalizó con la proyección del vídeo y una espectacular cascada de fuegos artificiales, que se escuchó en toda la provincia de levante a poniente, de la costa hasta los Vélez, y con una sorpresa: una pequeña introducción de lo que será la segunda fase, cuando se baje el terreno de juego para ampliar el graderío y, por lo tanto, el aforo del club.