El Umar Sadiq letal de mediados de la pasada temporada volvió en el encuentro amistoso del pasado miércoles ante el Betis. El ariete al que tanto se le echó de menos en la recta final del pasado año con el ascenso en juego, vuelve a motivarse en una pretemporada en la que el Almería está cosechando buenos marcadores y en la que poco a poco se comienza a vislumbrar el sello ganador y de buen juego que quiere Rubi.

En el Nuevo Mirador de Algeciras, un estadio que el Almería visitaba habitualmente en las eras pre Alfonso García y pre Turki, Sadiq salió ovacionado por los aficionados del Betis tras su doblete. El nigeriano jugó un gran encuentro y demostró que cuando tiene todos los sentidos puesto en el equipo, es un goleador de otra categoría. Eso fue lo que faltó en las últimas semanas de competición de la pasada campaña, cuando el bajón de juego y resultados impidió luchar por el ascenso directo y tener excasas opciones en la promoción. Ahora, con toda una campaña por delante, las sensaciones son buenas.

Pero, ¿seguirá en el equipo o los goles incrementan la cuantía de su traspaso? La intención del club es hacer caja con él, como ocurrió con Darwin, pero a estas alturas más de uno desea que Sadiq sigue siendo el 9 del equipo. El 9 que demostró ayer que da el salto de calidad que necesita el Almería para, de una vez por todas, asaltar la Primera División. En el mercado todo puede pasar mientras no sea declarado intrasferible (y aún así, siempre está la cláusula de por medio) sobre todo en los últimos días, pero es cierto que la entidad rojiblanca tiene claro que no lo va a regalar, sobre todo después de lo exhibido ante el Betis.

Rubi cuenta con él en sus planes más inmediatos y a falta de una semana y poco para comenzar la competición, todo hace indicar que estará en Cartagonova frente al Cartagena. Sería, sin duda, una gran noticia para la afición, que aunque a veces se desespera con su parsimonia dentro del área (como le suele ocurrir a muchos arietes africanos, caso de Kalu Uche), tiene claro que la continuidad de Sadiq es un valor en alza. La llegada de otro ariete, ya sin pretemporada y con el tiempo que lleva una adaptación, siempre es un melón por abrir.