Almería-Cádiz | La crónica

René salva un punto para el Almería en un intenso partido (0-0)

  • El gaditano brilla, con un penalti riguroso detenido y varias paradas de mucho mérito en el noveno encuentro seguido sin perder

  • Primera parte de poder a poder y segunda con más miedo, en la que el Almería juega muy mal otra superioridad numérica

René, tras parar el penalti.

René, tras parar el penalti. / LFP

El Mediterráneo abría sus puertas en esta segunda vuelta del campeonato para ver a un Almería que quería ganarse el papel de aspirante a la zona de promoción de ascenso ante un Cádiz que sí ostenta ya esta vitola. Con los mismos hombres que en Alcorcón y sin incluir todavía en la convocatoria al recién llegado Demirovic, FF confiaba en superar a un equipo gaditano al que le tenía ganas después del mal partido jugado en el Ramón de Carranza en el estreno liguero.

Con un juego bastante similar, el empuje inicial rojiblanco provocó la primera acción de peligro, con un balón interior hacia Corpas, que se plantó escorado ante Cifuentes y el chut lo sacó el guardameta con apuros con sus piernas. Poco a poco, el Cádiz se fue haciendo con el control del cuero, lo que no le disgustaba al Almería porque tenía espacios para contragolpear.

Sin embargo, en un córner mal replegado por los de FF, Alex se hizo con el cuero, se recorrió casi todo el campo con el balón y  fue trabado por Eteki cuando se disponía a pisar área. López Toca señaló un penalti muy riguroso, puesto que de ser falta era fuera del área, además de que hizo más el gaditano por tocar la pierna del rojiblanco que viceversa. Como los que no son, no entran, René se hizo grande y detuvo la primera pena máxima de la temporada.

René, que la temporada pasado ya salvó varios puntos deteniendo penas máximas, a Alex le ganó la partida en un penalti muy riguroso

El partido estaba siendo de todos menos aburrido, algo que había presagiado De la Hoz. Había un gran ambiente en las gradas y mucha verticalidad en el campo. Lo peor del partido estaba siendo el colegiado, no sólo por el penalti, sino por la cantidad de faltas y amarillas sacadas a los rojiblancos. Parecía un partido de baloncesto, plagado de faltas personales. En una estrategia, Ibiza y Saveljich se molestaron en el remate cuando habían ganado la posición y el rechace casi acaba en el primer tanto después de un centro chut de Álvaro. Se acababa una primera parte intensa con un saque de esquina a favor del Almería, que el árbitro no dejó sacar. Lo dicho, lo peor del partido hasta el momento.

Los jugadores rojiblancos protestan al colegiado. Los jugadores rojiblancos protestan al colegiado.

Los jugadores rojiblancos protestan al colegiado. / LFP

La segunda parte arrancó con dos buenas llegadas del Cádiz. La primera con una volea de Lekic que detuvo René y la segunda con una nueva carrera de Alex, que chutó alto. Quería mandar nuevamente el Almería, pero ahora no encontraba espacios. A los 65 minutos, López Toca perdonó la segunda amarilla a José Mari, lo que encrepó más al Mediterráneo. Por la misma acción, en la primera parte había sacado tarjeta a Real.

Martos fue sustituido por Andoni, al tener problemas en el lateral de su rodilla, además de una amarilla

Entraba el partido en el último cuarto hora, con un nuevo paradón de René a cabezazo de Kecojevic. Respondieron los rojiblancos con un contragolpe que frenó en falta José Mari que, esta vez sí, vio la roja. El Almería afrontaba los últimos minutos en superioridad, con la vuelta a los terrenos de juego de Gaspar tras su lesión. Como siempre, no supo jugar el conjunto de FF en estas circunstancias y Salvi tuvo el gol en otro mal repliegue rojiblanco.

Real quiere hacerse con el balón. Real quiere hacerse con el balón.

Real quiere hacerse con el balón. / LFP

Aunque el punto fue justo y posiblemente a los puntos el Cádiz mereció ganar, supo a poco en el Mediterrnaéo por las expectativas que se habían generado y por los últimos malos minutos rojiblancos, con uno más sobre el césped. Pero no hay que hacerle ascos, puesto que ya son 30 y para mirar arriba, hay que sumar hasta cuando no se merece.

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