UD Almería I CD Leganés I La crónica

Tres puntos que otros años se le escapaban al Almería (1-0)

  • Un partido gris de los de Rubi, incómodos y superados tácticamente por el Leganés, se salva gracias al gol de Portillo y al 'perdón' obrado por Arnaiz

  • No fue muy distinto al choque frente a los pepineros de la pasada campaña (1-1), al de Sabadell (2-2), al del Mallorca (0-1), el Rayo (0-1)... Algo parece haber cambiado

  • Minuto a minuto

Portillo celebra su tanto haciendo el gesto del chupete.

Portillo celebra su tanto haciendo el gesto del chupete. / Javier Alonso

Parecía el partido ideal para arrancar la jornada metiéndole siete puntos al Sporting, tercer clasificado (al final se han quedado en cinco tras la victoria de Las Palmas al Sanse que superaba a los gijoneses en la tabla). El Almería estaba en lo alto de la tabla y el Leganés tercero por la cola, los rojiblancos venían de golear al Mirandés y los blanquiazules llevaban cinco jornadas sin ganar, a los indálicos le estaba funcionando su once titular y las rotaciones mientras que los pepineros acudían cargados de bajas. Precisamente por todas estas penurias del rival, con Garitano al borde de la destitución, el partido tenía un peligro triple. Ya saben la parábola de "Lázaro, levántate...".

Era noche fresca, con fuerte viento de poniente (como de costumbre, mientras que en toda España sacan los paraguas) que avecina el cambio de la cálida temperatura que hasta ahora estaba instalada en la provincia. La afición rojiblanca quería darle calor al equipo, quería tener en tensión a los de Rubi para que no se relajaran frente a un rival que presentó un once interesante pese a todo lo males que las previas pepineras auguraban. El equipo titular rojiblanco fue bastante reconocible, con Arnau afianzado en la mediapunta para aprovechar su buen momento y sus energías.

A diferencia de lo que se podía esperar, el Leganés discutió de inicio el balón. Una presión media, sin agobiar demasiado, pero acumulando mucha gente en la medular que evitaba que los rojiblancos circularan con facilidad. La primera ocasión con peligro fue pepinera, con un remate abajo de Eraso a la que respondió bien Fernando. La acción vino de una pérdida, fue un buen aviso puesto que los de Rubi estaban fallando bastantes entregas en su campo.

Lazo rompe la muralla

No conseguía meterle mano el Almería al partido, demasiado táctico en todas las líneas. A ramalazos, los rojiblancos conseguían acercarse a la meta de Villar, pero ahí se parapetaban los madrileños. Hacía falta un destello de calidad para horadar la muralla visitante y ésta la puso Lazo, que partido a partido está recuperando confianza. Pequeñas píldoras, pero importantes. El gaditano recibió entre líneas y puso un balón exquisito a la espalda de la defensa para la carrera de Sadiq. El nigeriano la picó y aunque Palencia la sacó bajo palos, cayó en los pies de Portillo para fusilar. La jugada fue sublime, de equipo con confianza, de líder que si encuentra espacios, mata.

El problema seguía siendo encontrar esos espacios. El Almería no cambió y el Leganés tampoco, los de Garitano seguían aprovechando las pérdidas locales. Había demasiado espacio entre la defensa, quizás demasiado aculada, y el centro del campo. Pases de riesgo provocaron algún que otro contragolpe madrileño, como el que Vico envío fuera con su zurda después de un buen zig zag por el área grande. No podía correr en el tramo final de la primera par el Almería y lo estaba notando. El marcador era lo mejor al descanso, por delante una segunda parte en la que los visitantes iban a tener que arriesgar y desguarnecerían sus espaldas. Misma tesitura que ante Las Palmas, había que demostrar que la lección estaba aprendida.

Lazo controla y salta sobre la entrada de un rival. Lazo controla y salta sobre la entrada de un rival.

Lazo controla y salta sobre la entrada de un rival. / Javier Alonso

El panorama seguía siendo el mismo tras el pitido que daba inicio a la segunda mitad. El Almería seguía incómodo, incapaz de trenzar su fútbol. Rubi dio entrada a Pozo para ganar en profundidad por la banda derecha, único espacio por el que estaban consiguiendo entrar los locales. El Leganés, sin crear demasiado peligro, sí que tenía más presencia en campo contrario y achuchaba. La afición notó que al equipo le faltaba aliento y trató de dárselo. Pero también faltaba fútbol, bajar el balón y no regalarlo nada más notar el aliento visitante.

Inesperados nervios, muchas entregas fáciles regaladas, incomodidad sobre el césped para que el Leganés mostrara, arriesgara y fuera el Almería quien sorprendiera a la contra. Por fortuna, a los pepineros se les notaba anímicamente muy tocados, aunque Jonathan Viera ya demostró que un gol cae en la jugada más absurda. Era más la incertidumbre por lo corto del marcador que por un bombardeo ofensivo de los de Garitano. Para colmo, Sadiq tenía uno de esos partidos en los que estaba chupón.

Arnaiz da una vida extra al Almería

Entraba el partido en la recta final y los méritos de Leganés se multiplicaban para empatar. Fernando sacó primero un disparo lejano de Gaku y después de Arnaiz. Iba a costar mucho aguantar el arreón final visitante, Rubi remodeló completamente el ataque para ver si cazaba la contra de la sentencia, la que pedía a gritos el Mediterráneo. Y justo la jugada que nadie quería que llegara, llegó. Parecida nuevamente a la de Las Palmas. Falta de entendimiento entre Chumi y Fernando, el balón queda muerto a los pies de Arnaiz que sin portero, sin nadie que le molestara y con toda la portería para él, chuta fuera a cinco metros de la línea de gol. El Almería se había librado, tenía una vida extra que debía de aprovechar sí o sí. Si el Leganés en vez de estar tercero por la cola estuviera donde por potencial le corresponde, a buen seguro que el empate habría llegado en esa acción.

Cuatro minutos de añadido, con Pozo de lateral izquierdo y Akieme de extremo después de que se le subieran los gemelos en una cabalgada. Por fortuna para los rojiblancos, Appiah iba a cerrar el partido. No con un gol, puesto que el Almería no tiró a puerta en toda la segunda parte, sino con un amago de sprint, que le iba a costar la roja a Sergio. Ahí murió un Leganés muy digno, que puso en claras complicaciones al líder, a un Almería que sumó tres puntos de oro que en temporadas anteriores se le escapaban siempre. ¿Será un presagio que este año sí? Para conseguirlo, mejor no tentar a la suerte como en la noche de este viernes.

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