El aplazamiento de los play off de ascenso a Primera División va para largo una vez que cada día se conocen nuevos positivos en el Fuenlabrada y CSD, RFEF y LaLiga siguen en estado de shock por la situación. Ante esto, el Almería se ha visto con unos días libres que le vienen bien a los jugadores para descansar y al área técnica para darle una buena a la situación.

El Almería necesita un golpe de timón que reconduzca la espiral en la que entró en la etapa de Guti. Se cesó al madrileño y se apostó por el tándem Mario Silva-Nandinho como situación de emergencia, por el poco tiempo y por el escaso límite salarial. Sin embargo, el equipo ha seguido mostrando los mismos problemas.

Es más, a la propiedad no le gustó nada cómo se enfocó el partido ante el Málaga, puesto que se perdió una tercera posición fundamental tanto para afrontar la promoción como por si a los estamentos que dirigen la competición se les ocurriera darla por concluida. El Zaragoza, con bastante más peso que la UDA, subiría si se diera esta circunstancia, que en el Mediterráneo prefieren ni pensar.

Con varios días por delante para preparar el choque ante el Girona, no parece descabellado pensar que el Almería busque un revulsivo para el banquillo, con la vista puesta incluso en la temporada que viene. Es una operación complicada, puesto que habría que hacer ingeniería financiera y es necesario seguir todos los protocolos de coronavirus, pero es ahora o nunca y el ascenso bien merece una apuesta de este tipo.

Además, incluso a Mario Silva y Nandinho se le quitaría un peso de encima. Han puesto todo de su parte, incluso siendo autocríticos en las ruedas de prensa, han notado la falta de experiencia en una situación tan compleja y con un objetivo tan ambicioso como es el ascenso a la máxima categoría. No hay que olvidar que el primero coordina la cantera y el segundo ha sido el míster del filial en el grupo IX de Tercera División.