El personaje

Carlos Cara: "La lluvia llegó tarde y mal"

  • Las condiciones climatológicas atípicas de este año, como las lluvias de finales del mes de mayo causaron graves estragos en los cultivos extensivos almerienses

Carlos Cara: "La lluvia llegó tarde y mal"

Carlos Cara: "La lluvia llegó tarde y mal"

No cabe duda de que el inicio de la primavera ha sido muy atípico. Ha sido una de las pocas veces en la que el refranero español- “En abril aguas mil”- ha fallado y la falta de agua ha generado graves estragos en los cultivos almerienses, sobre todo en esos cultivos que necesitan del buen tiempo y mucha agua como la sandía y el melón.

En lo que todos pueden estar de acuerdo es que el agua llegó mal y tarde, las lluvias torrenciales y granizos que inundaron varias zonas de la provincia también generaron pérdidas en los cultivos: “No tanto en la agricultura intensiva bajo plástico, sino más bien en la agricultura extensiva como la patata, la lechuga y el brócoli en la zona este de la provincia”, cuanta Carlos Cara, gran conocedor del campo almeriense dada su posición en la empresa centrada en el mundo agrícola en la que trabaja.

Pero no solo ha sido el agua el que ha hecho daño en esta ocasión: “Llevamos prácticamente un mes y medio de precios en el campo que es de risa, sobre todo en el melón y la sandía, que ha alcanzado unos 0,20 céntimos de media. Ha habido picos de 0,60 céntimos, pero también de 0,11. Lo que en ocasiones llega a estar por debajo de los costes de producción, pese a que exista una ley, la Ley 8/2020, de 16 de diciembre, que ampara a os productores del sector primario tanto agrícolas como ganaderos para que esto no pase”, cuenta Carlos Cara.

Esta situación, insostenible para los agricultores almerienses ha hecho que muchos de ellos, dados los bajos precios, prefieran “picar su cosecha” a venderla por una cuota que no alcanza a cubrir el coste de producción. “En Almería muchas personas han metido ganado para limpiar quitar del invernadero la parte de la cosecha que no se ha vendido. Otros han utilizado maquinaria, que también ha servido para mezclar los desperdicios de una cosecha con la tierra con el fin de que sirvan como abono para el próximo cultivo”, comenta Carlos Cara.

Sin embargo, las hortalizas también están sufriendo, por ejemplo, el pepino. Los precios de esta cucúrbita en los últimos dos meses no han superado los 0,20 céntimos de media, lo que ha llevado a muchos de sus productores a arrancar la planta de pepino nuevo de ciclo corto, porque la venta a ese precio se hace prácticamente inviable.

Por su parte, la patata que se cultiva en el área de Pulpí ha corrido mejor suerte a pesar de las lluvias torrenciales que en algunos casos crearon riadas que se llevaron por delante campos enteros de patatas, además de cultivos de brócoli y lechugas. “Por suerte, la lluvia no cayó igual en todas partes, por lo que se han podido aprovechar los cultivos de patata almerienses: los de la zona de Carboneras ya se han recogido y ahora se están terminando de recoger los de Pulpí”, cuenta Carlos Cara.

“Por suerte, la lluvia no cayó igual en todas partes, por lo que se han podido aprovechar los cultivos de patata almerienses", Carlos Cara

Las presiones que han generado los bajos precios de los productos y las inclemencias de la climatología en los últimos meses han hecho que muchos de los agricultores adelanten la plantación de sus cosechas varios meses a lo que en realidad les corresponde. Así pues, en algunas zonas del poniente ya se han empezado a plantar pimientos para que en el mes de septiembre disponer de una reserva de pimiento temprano. “Es normal que la siembra se de en los meses de mayo en las zonas de la siembra porque las noches son más frescas. Sin embargo, en el poniente la planta corre el riesgo de pasar calor durante los meses de verano que quedan por delante. Eso, y las plagas que como bien se sabe se desarrollan con más facilidad en verano por las altas temperaturas”, explica Cara.

Según Carlos Cara, todo ello se debe a que los agricultores buscan enmendar las pérdidas de esta campaña, buscando un producto temprano y de esta manera conseguir mejores precios dada la demanda temprana de los productos.

Sin embargo, no es sol el factor económico el que pesa sobre los productores. Los sucesos de este año han bajado la moral de muchos de los agricultores, generando un grave malestar general. “Un agricultor puede tomarse el hecho de no vender su cosecha como una vergüenza, por eso muchos han preferido permanecer en el anonimato. No resulta agradable ir a tomar café y que llegue alguien a decirte que si hubieses plantado antes hubieses vendido a mejor precio porque este año, por ejemplo, la sandía, se ha vendido mejor siendo temprana o que tendrías que haber plantado más tarde, porque ahora que tu cosecha se ha ido a perder hay más demanda de la misma y los precios volverán a subir”. Además, el estrés al que se han visto sometidos los agricultores almerienses por las condiciones en las que se han visto envueltos, amenaza con que el año que viene tanto la sandía como el melón verán reducidas sus áreas de cultivo.

“Un agricultor puede tomarse el hecho de no vender su cosecha como una vergüenza, por eso muchos han preferido permanecer en el anonimato", Carlos Cara

Bien es sabido por todos los productores que se dedican al sector primario, y sobre todo en el ámbito de la agricultura que todo lo relacionado con ella es un juego de azar. En ocasiones se puede prever si las condiciones climatológicas acompañarán al desarrollo de los cultivos, pero eso funciona cuando no se trata de un año atípico como este. Por otro lado, no siempre se puede determinar a ciencia cierta la demanda del mercado tanto nacional como extranjero: “Este año se ha sufrido mucho con la sandía mini, una variedad que se cultiva solo para exportación porque en el territorio nacional este producto no convence. Uno de los sitios donde más se demanda es en Alemania, dados sus hábitos de consumo. Pero, el mal tiempo en el país germano a finales de mayo hizo que a nadie le apeteciera comer sandía, entonces el producto no tenía salida”, cuenta Cara.

“Los seis meses que van de año han resultado ser muy atípicos, y las consecuencias para algunos han resultado devastadoras”, sentencia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios