AGR Almeria

Concentración y modernización de los invernaderos, retos para 2014

  • El agro almeriense se enfrenta a sus viejos desafíos, pero tiene menos margen para acometerlos

Arranca un nuevo ejercicio cargado de ilusiones para la agricultura almeriense, como cada año, aunque los desafíos continúan siendo prácticamente los mismos de los últimos tiempos. Eso sí, cada vez hay menos margen de maniobra. Se agota el tiempo para alcanzar los viejos retos de mejorar la concentración de la oferta y la modernización de los invernaderos, seguramente, los dos factores que necesitan mejorar con mayor urgencia para que el campo de Almería pueda continuar por la senda del crecimiento, manteniendo los ratios de rentabilidad, sobre todo, en el productor en origen, el eslabón más débil de la cadena desde el inicio de los cultivos intensivos bajo plástico.

Los países terceros a la Unión Europea como Marruecos están mejorando sus condiciones de cultivo introduciendo paulatinamente, en los últimos años, más tecnología y control biológico, que unido a sus menores costes de producción por los bajos salarios suponen su gran ventaja competitiva. Sin embargo, otros territorios que están a punto de entrar en la UE, tales como Turquía, supondrán en breves fechas una amenaza aún mayor para las producciones en fresco de los agricultores de Almería, pues, a su conversión como aliado comercial con la Unión se une el hecho de su posición geográfica estratégica, muy cerca de los principales nudos logísticos internacionales, tanto del Viejo Continente, como los que sirven de trampolín para acceder a otros mercados lejanos vía marítima o aérea: Alemania y Holanda. Esta cercanía, además de arrojar unos menores costes de envío a los mercados compradores, supone una ventaja competitiva en cuanto a un menor plazo de entrega. Eso sí, en el caso de Turquía, aún le queda un largo camino por recorrer a la hora de ajustar sus mecanismos de producción a un sistema más sostenible y acorde con las directrices que marca la Unión Europea, quizá, el punto más fuerte del campo almeriense, referente internacional en este sentido, y que aún no ha sabido aprovechar otorgándole el valor añadido que merece y que los mercados están dispuestos a pagar.

La antigüedad de los invernaderos almerienses es la otra 'piedra en el zapato' del sector. Los agricultores no son muy dados a invertir en mejoras y modernizarlo, a pesar de ser un asunto prioritario, y prefieren destinar sus gastos a otras partidas más cortoplacistas. Esto está estrechando el margen de rentabilidad hasta el punto de que las ganancias se vienen generando a través de producir más kilos.

La concentración o, en su defecto, una mejor organización del sector en origen, ha de servir para mejorar estos márgenes al generar un mayor poder en la decisión de compraventa frente a la gran distribución.

Mejorar la logística, reduciendo la dependencia del transporte por carretera, es otro reto pendiente, que pasa por un mayor uso del barco para fresco y del avión para aquellos productos con gran valor añadido.

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