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Premio internacional a la obra de Cajamar sobre el vino y cambio climático

  • La Organización Internacional Viña y el Vino entrega en París el galardón a la publicación coordinada por Raúl Compés y Vicente Sotés

Raúl Compés y Vicente Sotés recogen el premio a la publicación de Cajamar en París

Raúl Compés y Vicente Sotés recogen el premio a la publicación de Cajamar en París / Diario de Almería (Almería)

La Organización Internacional Viña y el Vino (OIV) vuelve a premiar una de las publicaciones de Cajamar. Esta semana se celebraba en la Embajada de Chile en París la ceremonia de entrega de los Premios de la OIV 2019, en los que han competido 51 obras de 15 países. Uno de los galardones fue para la publicación ‘El sector vitivinícola frente al desafío del cambio climático. Estrategias públicas y privadas de mitigación y adaptación en el Mediterráneo’ coordinada por Raúl Compés y Vicente Sotés, profesores de la Universitat Politècnica de València y de la Universidad Politécnica de Madrid, y editada por la entidad almeriense. Este premio enmarcado en la categoría ‘Vitivinicultura sostenible’ es el segundo entregado por la organización internacional a una publicación de Cajamar, ya que en 2015 el título ‘La economía del vino en España y en el mundo’ también fue premiada.

Segundo reconocimiento que la OIV entrega a Cajamar; el anterior fue para ‘La economía del vino en España y en el mundo’

La obra premiada esta semana describe los retos que afrontará la producción de vino en las próximas décadas y en su redacción han participado treinta profesionales de distintos ámbitos y países, que analizan las cuatro dimensiones del desafío del cambio climático para el sector vitivinícola: las interacciones entre vino y clima, los impactos sobre el sector y las estrategias públicas y privadas tanto de mitigación como de adaptación. En la presentación de la publicación, en marzo del presente ejercicio, Raúl Compés explicaba que “esta monografía es el resultado de la convergencia de tres preocupaciones. En primer lugar, la preocupación ciudadana por los efectos negativos del cambio climático en nuestras vidas y en las de nuestros descendientes; en segundo lugar, por su impacto en el sector vitivinícola y, en tercer lugar, porque se hace menos de lo que se debería frente a la amenaza que representa”.

Por su parte, Vicente Sotés mostraba su convencimiento de que la uva y el vino se adaptarán y sobrevivirán al cambio climático, como siempre ha sido en sus aproximadamente 8.000 años de historia. Sin embargo, advertía, “lo que nos inquieta es el destino de nuestras viñas, la calidad de nuestros vinos y el futuro de la producción que ha conformado nuestros paisajes y culturas”, y recordaba que “la pasión por el vino, como la pasión por la música, la pintura o por cualquier otro tipo de arte, es universal, no tiene fronteras, pero la relación afectiva que se establece con la vitivinicultura está ligada a unos territorios y sabores determinados, muchos de los cuales están ahora directamente amenazados”.

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