Entrevista | Víctor Maldonado Rodríguez | Agricultor e Ingeniero Técnico Agrícola

  • Con apenas 34 años, este balermero lleva varios al frente de una explotación familiar de ocho hectáreas y es técnico de semillero, un fiel ejemplo de relevo generacional

"La planta no entiende de festivos, puentes o que hayas tenido un crío"

Víctor Maldonado, junto a una lustrosa planta de calabacín. Víctor Maldonado, junto a una lustrosa planta de calabacín.

Víctor Maldonado, junto a una lustrosa planta de calabacín. / D. A.

Escrito por

· Alejandro Morales

Redactor

El de Víctor Maldonado Rodríguez es un caso paradigmático de relevo generacional en el campo almeriense. Sin haber llegado todavía a los 35 años, este joven balermero está al frente de una explotación agrícola invernada de carácter familiar, junto a su padre y sus dos hermanas (“aunque soy yo básicamente el que la lleva”, cuenta), que alcanza la considerable extensión de 8 hectáreas, repartidas en dos fincas –una en Balerma y la mayor en Dalías–.

Agricultor y titulado universitario, ya que es ingeniero técnico agrícola, este ejidense representa como nadie una nueva generación de impulsores del agro almeriense que aúnan conocimientos adquiridos a base de experiencias a pie de mata durante toda una vida, con formación técnica y científica de alto valor. Esto le permite ir un paso más allá de su mera búsqueda de la rentabilidad económica. De hecho, aplica sus conocimientos de forma paralela como técnico de un semillero de la comarca del Poniente, e incluso ha tenido la oportunidad de compartir sus destrezas muy lejos de su Balerma natal, en Egipto, donde enseñó a agricultores locales los intríngulis del injerto en pimiento.

“La clave es la planificación y estar informado, es muy importante planificar a 3 o 4 años vista y seguir tu línea, no estar dando saltos”

“Aquella fue una buena experiencia y la pude vivir gracias a uno de mis profesores en la Facultad, que me propuso viajar para enseñar la forma de injertar pimientos a una gente que tenía algunas nociones, pero que aprendieron a hacerlo más rápidamente y con mejores resultados”, explica mientras está rodeado de calabacinos y tomates, el lugar en el que pasa la mayor parte de su tiempo en el día a día. Y es que, remarca, “la planta no entiende de puentes, festivos, o que hayas tenido un crío”. Este último es el caso, ya que Víctor fue padre de su segundo vástago hace apenas un mes.

En cierta forma, también es el progenitor de los frutos vegetales que tanto tiempo ocupan en su mente y de cuya gestión, reconoce, “no se puede desconectar casi en ningún momento, porque dependemos de tantos factores, y esto requiere de tanto trabajo para que la campaña vaya bien, que cuando estás cultivando no es posible desconectar, siempre lo tienes en la cabeza”, admite. “No es el trabajo en una oficina, que llega el viernes y te olvidas hasta el lunes, es otra cosa”.

Y aun así, en buena medida se depende de variables que se escapan al control humano, y lo que una campaña ha podido ser un éxito, porque la climatología ha acompañado, no ha habido especial incidencia de virosis o plagas y se ha acertado en las fechas de cultivo y en lo que se cultiva; a la siguiente puede ser un desastre, a poco que falle alguno de estos factores.

"Dependemos de tantos factores, y esto requiere de tanto trabajo para que la campaña vaya bien, que cuando estás cultivando no es posible desconectar, siempre lo tienes en la cabeza”

“Todos los años son diferentes, es una de las grandes dificultades de esto. Tú no puedes decir que vas a apuntar paso a paso todo lo que has hecho y las fechas exactas para repetirlo el año que viene, porque lo que esta semana es viento de Poniente, a lo mejor luego es Levante, y si este año ha sido muy cálido, tal vez el que viene sea muy frío”, explica. Por eso, durante la conversación con Víctor se repite mucho la palabra planificación que, a su juicio, es la clave de todo. “Luego, por ejemplo, tú no puedes controlar los precios, es como el que que tiene un bar y no sabe si le van a entrar 100 personas a comer una tostada o le van a entrar 30, es algo que se escapa a tu mano, así que lo que hay que hacer es intentar acertar con la siembra en la fecha correcta en función de dónde tienes la explotación, no ir al ‘tuntún’, y criar los frutos lo mejor posible, intentando maximizar beneficios y minimizar gastos”.

Víctor prefiere ser 'libre': no pertenece a ninguna cooperativa

Planificación e información, claro, conceptos relacionados el uno con el otro. “Hay que estar informado de muchos factores, como por ejemplo lo que va a necesitar la comercializadora, lo que se está cultivando mayoritariamente o los calendarios en los que es más rentable cada cultivo y en cada mercado”, explica. “Yo le digo a la comercializadora cuáles son mis posibilidades de sembrar y ellos me dicen qué es lo que más falta le va a hacer. Si tú pones california naranja para julio, eso es algo que va a exportación y en esa fecha no hay exportación. Al final es importantísimo planificar con la comercializadora y tener en cuenta que a ella es a la primera que le interesa vender caro, porque cuanto más alto sea el precio, mayor será su comisión”.

"Si estás en una cooperativa estás obligado a venderles el 100 por 100 de tu producción, con que haya una sola factura a otra comercializadora te sancionan"

Al hilo, añade que otra de las claves es “no estar dando saltos” en función de si este año ha sido muy rentable algún cultivo, porque quizá el siguiente sea ruinoso: “Creo que se debe planificar a 3 o 4 años vista y ser fiel a tu línea; después, que se venda como se tenga que vender, yo no soy partidario de que se ponga un precio mínimo, porque nadie te va a asegurar que tu empresa sea rentable, ni tampoco los precios cerrados de antemano, algo que ya no hace casi nadie, porque tiende, en mi opinión, al engaño”.

Y, a diferencia de muchos (muchísimos) agricultores almerienses, Víctor Maldonado no pertenece a ninguna cooperativa, y pese a que habitualmente vende su género a una misma subasta, es partidario de la libertad que le proporciona no estar comprometido. “Reconozco que le he dado muchas vueltas, lo he barajado, pero por el momento prefiero seguir así, yo hago con mi género lo que yo quiero, que para algo es mío; si estás en una cooperativa estás obligado a venderles el 100 por 100 de tu producción, con que haya una sola factura a otra comercializadora te sancionan, y tienes que devolver todos los fondos operativos que hayas usado; muchas veces he visto injusticias”. Apostilla Víctor que “son muy pocos los agricultores que piensan como yo, soy consciente, pero creo que la realidad es esa”.

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