Almería

Catorce agentes de las fuerzas de seguridad han muerto de servicio

  • En los últimos treinta años se han visto afectados tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia Civil · Los accidentes de tráfico son la causa principal en las muertes durante el horario laboral

Con el triste fallecimiento el pasado martes de Francisco Javier Balbín miembro de la Policía Local de Almería en el transcurso de una persecución, catorce agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado adscritos a las plantillas de Almería han perdido la vida en nuestra provincia en acto de servicio durante los últimos treinta años.

Aunque la mayoría de los casos, como el ocurrido hace unos días, las víctimas fallecieron en accidentes de circulación durante persecuciones por la comisión de delitos o infracciones, tres de ellos fueron alevosamente asesinados. En el caso del agente Balbín es la primera baja de un policía local en acto de servicio en la capital, no así en la provincia donde hace varios años un agente falleció en Garrucha mientras dirigía el trafico al caerle encima una farola y otro agente de la Policía Local de Níjar perdió la vida en la carretera de Aguamarga, a donde se dirigía para efectuar una inspección de obras.

El 1 de febrero de 1.976 fallecía Antonio Acién Lirola, agente de la Plana Mayor de Tráfico de l Guardia Civil, en un accidente de circulación en el transcurso de la persecución a un vehículo infractor de tráfico al despeñarse por un puente. Cristóbal Ruiz Capitán, adscrito al Destacamento de Tráfico de El Ejido perdió la vida el 10 de julio de 1977, atropellado por un vehículo cuando en unión de otro compañero auxiliaban a un motorista accidentado.

José Antonio González Úbeda, de la plantilla de Huércal Overa, fue otro agente de Tráfico de la Guardia Civil, los más castigado, que murió en un accidente el 7 de octubre de 1979. Manuel Galisteo Mendoza, adscrito al Departamento de Tráfico de El Ejido falleció el 15 de enero de 1986 en otro accidente de circulación durante una persecución. José Manuel Bernabéu Martínez era agente del Gifa y murió el 9 de febrero de 1998 en accidente cuando participaban en una investigación. Una furgoneta que circulaba incorrectamente por un ramal de acceso de la autovía de Aguadulce impactó con el vehículo.

El cadáver de Juan Molina Gil fue rescatado del mar el 6 de abril de 1998. Falleció en el mes de febrero cuando en unión de otros miembros de los GEAS buceaban en aguas de Carboneras para localizar un alijo de drogas que los narcotraficantes arrojaron al mar durante una persecución.

Manuel Montesa García murió el 8 de febrero de 1999. Pertenecía a la plantilla de la Plana Mayor del Subsector de Tráfico. El accidente que segó su vida se produjo en la carretera nacional 340 a la altura del kilómetro 445 cuando realizaba una maniobra de aproximación a un vehículo infractor. Por su parte José Romero García fue asesinado de dos disparos el 5 de julio de 1994 en Fines. Su autor fue un cazador furtivo a quien Romero le recriminó que llevase el arma cargada dentro del pueblo amonestándole por estar cazando. La última víctima mortal de la Benemérita fue Jaime Martín Sánchez. Fue el 4 de junio de 2000 en la A-92.

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