Coronavirus Almería

“Le dejo el paquete en el ascensor y ya lo recoge”, el nuevo reparto en Almería

Diario de Almería acompaña a un repartidor de Correos durante su jornada.

Diario de Almería acompaña a un repartidor de Correos durante su jornada.

Con una buena mayoría de establecimientos locales cerrados, los almerienses, al igual que el resto de los ciudadanos, han encontrado en las empresas de paquetería la única fórmula de tener acceso a determinados productos. Sucedió incluso con las mascarillas cuando en la provincia apenas quedaba stock en las farmacias. El precio se disparó en cualquier establecimiento e incluso en la web de ventas más grande del mundo, Amazon, se tuvieron que aplicar medidas para reducir el precio de las mascarillas que habían plantedo sus vendedores, llegando incluso a colocarlas en el mercado por 60 euros. Un timo.

Pero las firmas de reparto han seguido trabajando al considerarse como un sector esencial, aunque han debido tomar numerosas precauciones para no contruibuir con el contagio y, de la misma forma, para que su personal no se exponga. El caso es que las ventas online, en algunos sectores, han aumentado sus envíos hasta en un 150%, pero no en todos los casos, ya que muchos ciudadanos son reiticentes a recibir productos para exponerse a contraer la enfermedad.

Recogen un paquete junto a una planta del jardín. Recogen un paquete junto a una planta del jardín.

Recogen un paquete junto a una planta del jardín.

El modo de reparto ha cambiado. “Le dejo el paquete en el ascensor, pulso su piso y lo recoge”, esa fórmula está siendo la más repetida entre las diferentes empresas de reparto. Dejar el paquete en el jardín tras tocar al portero o junto a la puerta si se vive en viviendas de plantas baja es el protocolo. No debe haber contacto entre repartidor y cliente y ya no es necesaria la firma.

Empresas de reparto como SEUR, en bloques como edificios, marcan el botón indicado por el telefonillo, piden nombre y DNI y dejan el paquete en el ascensor. Recogerlo, ya es cosa del cliente. Para quien tenga porche, mismo procedimiento pero en esta ocasión se deja a varios metros de distancia de la puerta de la vivienda. En plantas bajas, igual, y el paquete junto a la puerta. De esta forma, se asegura de forma casi completa que no exista riesgo de contagio por contacto. “Agradecemos que se verifique que los destinatarios están operativos y abiertos antes de realizar el envío, en caso de duda no expedir hasta obtener confirmación. Los envíos a destinos cerrados se devolverán automáticamente a origen”, explican desde SEUR.

Un paquete en el ascensor. Un paquete en el ascensor.

Un paquete en el ascensor.

En cuanto Amazon, por ejemplo, la gran diferencia con respecto a lo que venía sucediendo antes de la emergencia sanitaria, es que los repartidores ahora dejan el pedido en la puerta, sin llamar ni al timbre ni golpear la puerta. En caso de que vivir en un piso o se tenga puerta exterior, el empleado sí que llamará al timbre o telefonillo para poder entrar.

En Almería han surgido iniciativas a través de Internet para que los comercios pequeños (y cercanos), esos a los que tendremos que echar una mano cuando sea posible (pues son sin duda los más afectados), tengan un cierto respaldo de la población en estos momentos. Los comercios que envían productos a domicilio (comida principalmente) se pueden encontrar en hay barrio, un directorio para hacer pedidos online.

El cara a cara, solo para las notificaciones

“El personal de Correos se personará en el domicilio del destinatario y una vez que haya llamado al timbre, comunicará que hay una notificación administrativa o jurídica, indicando la Administración Pública de la que procede, cogerá los datos del receptor de la misma (Nombre, apellidos y DNI). Desde el momento en que el destinatario afirma querer recibir la notificación, se le dará por entregada. En ese momento, dejará la notificación en el suelo o en el mostrador (dependiendo de las circunstancias) y se separará al menos dos metros del envío para que se pueda recoger, en las condiciones previstas en la legislación aplicable. Desde el momento en que el destinatario acepte la recepción de la notificación, ésta pasa a estar en su posesión”, esas son las indicaciones que tienen los empleados de Correos para realizar el reparto de notificaciones, las únicas que, hasta el momento, podrían exigir un cara a cara, aunque si es evitable, también se podría dejar en el buzón tras llamar al telefonillo y que el cliente lo reoja en el momento que crea oportuno.

El personal de Correos consignará en el documento de entrega tanto si se ha recogido el envío como si lo ha rechazado; y se especificarán las circunstancias del intento de notificación, el resultado de la misma, el lugar y la hora en donde se ha producido.

“Los envíos registrados que quepan en buzón se entregarán en el buzón salvo envíos de entrega exclusiva al destinatario. Estos envíos se liquidarán como ‘entregado en buzón”, argumeta la firma en sus indicaciones.

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