Almería

Darío Fernández: “El Caso Almería ha sido el hecho de mayor amor de mi vida profesional”

  • El abogado cuenta como sufrió amenazas durante la celebración del juicio en 1982

Darío Fernández durante una de sus caminatas por las ramblas de Tabernas junto a su perro Paco.

Darío Fernández durante una de sus caminatas por las ramblas de Tabernas junto a su perro Paco. / Yolanda

El abogado Darío Fernández fue clave en el año 1982 durante el juicio del Caso Almería para al menos conocer la verdad de lo ocurrido en torno a las muertes de Juan Mañas, Luis Cobos y Luis Montero, acaecidas en mayo de 1981.

Cuando han pasado ya cuatro décadas de aquel suceso que conmocionó a todo el país, Darío Fernández recuerda que “arriesgué sabiendo que creaba un hito histórico en España, me jugué la vida. Cuando yo me fui a la cueva en Santa Fe de Mondújar, a mi las fuerzas de seguridad me habían colocado unos explosivos, pero no le di divulgación porque hubiera sido granjear un éxito frustrado a los que me perseguían”.

“El juicio de este caso fue una farsa, tanto desde el Tribunal como desde la Fiscalía. Yo me impliqué, salvé mi vida de un atentado y me escondí en una cueva al lado de la estación de Santa Fe de Mondújar donde estuve más de un año”, sostiene Fernández.

“El juicio fue una pantomima. El resultado del juicio se pensaba que sería una absolución, lo que no se esperaban es que sacara los cadáveres para las autopsias y que las balas dentro de cada cuerpo cantaran la verdad sobre la mentira de los forenses”, apunta el abogado.

“Lo que más le seduce a un militar para mantenerlo de pie es el uniforme. Precisamente uniforme es una palabra horrible. Me negué a interrogarlos en la sala donde imponían el sistema los propios guardias civiles, ya que comprobé que la sala estaba domesticada”, confiesa Fernández.

El abogado, que hoy vive en un pueblo de Almería, practicando deporte, apunta que “yo sigo soñando con grandes pesadillas sobre el Caso Almería. Son muchas noches que esto lo tengo dentro todavía. Tengo material de conocimiento, pero tengo que respetar las fuentes y yo soy muy leal”.

Entre las odiseas vividas por Darío Fernández cuenta que “cuando visité el viejo cuartel de Casas Fuertes, lo hice una noche y cuando salté el muro no sabía que debajo había un aljibe. Con una linterna descubrí que había habido gente y que se llevaron muchas cosas. Allí se fraguó todo”, analiza el abogado que hoy cuenta con 82 años.

“No sé la energía aquella que tuve en aquellos momentos de donde pudo venir. Tengo que decir que la sentencia no se ejecutó ya que el teniente coronel fue trasladado a Guadalajara y el resto de condenados estuvieron en pabellones militares”.

Recuerda momentos difíciles en aquel tiempo. “Los informes de autopsia revelaron que eran ya cadáveres cuando los queman en el coche. Lo de la carretera de Gérgal, los impactos van sobre cadáveres. La reconstrucción hubiera sido vital y me hubiera permitido tener pruebas de forensía. Ningún forense quiso actuar”, rememora 39 años después del juicio celebrado en Almería.

El abogado hoy ya si puede decir que conoce la verdad del Caso Almería. “Me han llegado noticias de fuentes fiables que me indican lo que pasó y quienes participaron. Lo que pasa es que yo jamás desvelaré esas fuentes, e incluso puedo decir que me llegaron noticias de la propia estructura de la Guardia Civil. Hay gente viva, otros han muerto, pero donde está el quid de la cuestión, es que habría que haber profundizado en el tribunal que juzgó el Caso Almería, no se hizo”.

“Viví situaciones muy feas, de acoso, muy duras. El caso Almería ha sido el caso de mayor amor de mi vida profesional”, concluye Fernández que escucha música clásica en su casa y también hace deporte a diario, sobre todo, camina. Siempre lo acompaña su perro Paco.

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