Almería

Fiesta inaugural bajo cero para dejar 'helados' a los ejidenses

  • El ilusionista y escapista Alfred Cobami fue la gran sorpresa del primer día del Festival batiendo su récord en el sarcófago de hielo

  • Más de 100 artistas iniciaron este mes de artes escénicas

La temperatura siempre condiciona la vida social de las personas. Si se decide ir a la playa, se consultan las ráfagas de viento, para evitarlo, o si se quiere practicar kitesurf, se mira donde hay, para coger las olas. Lo que a unos molesta, a otros atrae. Ayer, el escapista e ilusionista Alfred Cobami decidió batir su propio récord de permanencia en un sarcófago de hielo, pero quería más frío, porque la sala del Ayuntamiento de El Ejido, donde se realizaba la performance, estaba calentita, no apta para comenzar el espectáculo.

Ya con el aire condicionado a toda potencia para refrescar el escenario, Cobami se puso manos a la obra junto a su equipo para construir ese iglú en forma de ataúd. Primero lo liaron en papel film y después lo tumbaron para ir cerrando esta construcción que necesita del frío para que no se venga abajo.

Los primeros momentos fueron los más complicados porque el equipo del ilusionista tuvo que ir sellando con hielo todos los resquicios de la estructura e intentando que los bloques de hielo no se derritieran ante el clima no acondicionado en un primer momento para el espectáculo. El sarcófago es de dos metros de largo por uno de ancho, y a una temperatura que oscila entre 10 y 14 grados bajo cero. Todo hecho con hielo.

Los compases iniciales también sirvieron para conocer cómo afrontaba este valiente su nuevo reto, que aunque conseguido anteriormente, ahora necesitaba llegar casi a una hora más para el récord. Un termómetro para medir la temperatura y muchos ejidenses pasearon ante el sarcófago para apoyar este récord que lo batió, pero continuó en el sarcófago para ampliar cada vez más su ventaja en tiempo.

Pero no solo de hielo vive el teatrero. Las temperaturas, ya frías en el espacio de Cobami, tenían que subir y eso sería en la calle, concretamente en la Plaza Mayor. Mientras que un hombre yacía a más de menos diez bajo cero, Capitán Maravilla Productions, compañía representada por el malagueño David Morales, se encargó de trasladar al público al mundo de la magia y el escapismo.

Los trucos de magia alimentaron a los asistentes, que también necesitaban de un tradicional del Festival de Teatro: El circo. Bot Project, compuesto por Lucas y Ángel, sorprendió por sus acrobacias, saltos y equilibrismos. Con sus distintos números, formarán un 'Collage', que es el nombre que recibe el espectáculo.

Diego Valdivia puso la luz con su piano iluminado. La oscuridad se posaba en El Ejido, pero su música consiguió resplandecer con temas como Llanto al piano, La Bahía y Otro amanecer, acompañados de clásicos de la música. El artista fusionó el estilo clásico, con el new age y el flamenco. Pero no estuvo solo con su piano, sino que estuvo acompañado por 80 bailarinas procedentes de varias academias de baile del municipio.

Para casi cerrar la noche, porque Cobami seguía sepultado en su ataúd de hielo, Nazaret Ruiz fue la encargada de luchar contra los elementos más fríos. La artista, que ha conseguido el primer premio del Festival de Arte Urbano de Trespaderne Burgos, interpretó un número de malabares, danza y acrobacia acompañada por el fuego.

Con todas las actuaciones ya presentadas y disfrutadas, faltaba conocer si Alfred Cobami se alzaría con un nuevo logro personal. Su fuerza mental y voluntad son evidentes y las horas, los minutos y los segundos determinarán si El Ejido le ha otorgado el empuje suficiente para ser noticia, una vez más, en todos los medios de comunicación. ¿Quién será más duro, el hielo o el hombre?

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