La pandemia en Almería

Fotografías de feligreses para arropar las misas de Internet por la COVID-19

  • En el barrio almeriense de Regiones Devastadas, dónde su párroco, Antonio Salvador, ha dispuesto en los bancos que habitualmente usan los fieles imágenes de estos

El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses.

El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses. / Carlos Barba/EFE (Almería)

La pandemia de COVID-19 ha alterado todo tipo de rutinas, actos y celebraciones, entre ellas las misas de la Iglesia Católica, cuyos templos y parroquias han optado por retransmisiones a través de diferentes redes sociales, con iniciativas tan curiosas como la de un público simulado en la parroquia con fotografías de los feligreses.

Es lo que sucede en la pequeña parroquia de San Isidro Labrador, en el barrio almeriense de Regiones Devastadas, dónde su párroco, Antonio Salvador, ha dispuesto en los bancos que habitualmente usan los fieles imágenes de estos, colocadas justo en el lugar que habitualmente utilizaban cuando aún podían acudir en persona.

"La idea de las fotos, en honor a la verdad, no es mía. Vi en la tele que en Italia, cuando comenzó la pandemia, lo hizo un sacerdote. Celebrar en soledad es muy duro. Los sacerdotes estamos acostumbrados a vivir solos, pero ¿celebrar con la iglesia vacía? Somos ordenados para acompañar a la gente", explica en declaraciones a Efe el párroco.

El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses. El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses.

El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses. / Carlos Barba/EFE (Almería)

Subraya que lo más duro es precisamente no poder acompañar a sus feligreses en este "momento de dolor", por lo que decidió "tenerlos presentes". "Cada día, cuando me siento a rezar, así rezo también por ellos, por sus intenciones concretas. Me siento arropado también, es una forma de mantener el nexo de unión", abunda.

El sacerdote afronta su "cuarto curso" al frente de una parroquia "de barrio, con gente sencilla, trabajadora, muchos trabajando precisamente en el hospital, otros funcionarios". "Es un barrio acogedor, a veces digo que es un pueblecillo, en el que se está muy a gusto", revela.

Así pues, solicitó a sus fieles que le remitiesen fotos "por familias, porque la iglesia es muy pequeñita e individualmente no hubiesen cogido todos aquí". "En total son 215 personas. Digo en broma que soy el cura que más gente tiene en una misa durante la pandemia, que se celebra a diario, todos los días", relata.

La retransmisión en sí ha supuesto también un reto, ya que en el altar no dispone de WiFi y en estos momentos ningún suministrador le podía instalar una ADSL. De esta forma, tuvo que aumentar el contrato de gigas en su móvil y utilizarlo como "puente" con el que usa para compartir la eucaristía, que sujeta con un "trípode casero" ingeniado por él mismo.

"Sale medio decente, salvo algún fallito cuando llega algún mensaje de WhatsApp, que no soy capaz de silenciar", relata, admitiendo que tuvo que "ponerse al día" porque hacía "bastante tiempo" que había dejado la informática y las redes sociales.

El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses. El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses.

El párroco de Regiones, Antonio Salvador, celebra la misa con los retratos de sus feligreses. / Carlos Barba/EFE (Almería)

Lo que no ha evitado que tras el altar disponga de un altavoz en el que "con un pincho" añade música, solventando con originalidad cualquier posible problema técnico. "Lo importante es que están viendo la misa en su parroquia, no en otro lugar", insiste.

De esta forma, desde el perfil 'Porta Coeli' de Facebook, los feligreses siguen a diario la eucaristía e incluso parte de ellos ayudan en la retransmisión en directo, introduciendo los textos de las lecturas y cantos a través de comentarios.

Las demás actividades presenciales están paradas. "Es doloroso ver una parroquia parada (...) Estábamos llevando la comunión a muchos enfermos. Aunque ahora nadie la recibe, esos enfermos no reciben ahora una visita que era muy importante para ellos. Me preocupa Cáritas (es capellán de dicha entidad). Hemos puesto un número para urgencias pero sólo ha llamado una persona", dice.

También le preocupa la "vuelta a la normalidad", porque parte de sus fieles pueden caer en riesgo de exclusión social, perder su trabajo , agotar sus "colchones económicos", cree que se va a vivir una "realidad muy dolorosa" a la que la Iglesia tendrá que dar respuesta", y advierte de que a pesar de su "grandísimo coste humano", esta pandemia de servir para que cada uno reflexione sobre cómo tiene que "construir su vida a partir de ahora".

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