En la estación Intermodal ha llegado a haber tantos taxistas como conductores piratas. Pero la intención del Ayuntamiento es erradicar este tipo de práctica, ya que no es solo una actividad deslea, sino que también pone en riesgo a las personas que dedican realizar su transporte a través de uno de estos taxis piratas debido al estado en que estos se encuentran.

La imagen de la estación Intermodal se muestra libre de la presencia de los taxistas piratas durante los dos últimos días, aunque es cierto que alguno de ellos ha merodeado la zona con la intención de captar clientes, pero nada que ver con la imagen que se desarrollaba durante los últimos días, aunque es en verano cuando su incidencia en la zona es mayor.

Varios de los taxistas piratas en semanas anteriores.

Hace escasos días, la Policía Local de Almería inmovilizó un turismo que ejercía de taxi ilegal y ha identificado a su conductor por transportar viajeros sin poseer el título administrativo para ello, infringiendo así la Ley 2/2003, de 12 de mayo, de Ordenación de los Transportes Urbanos y Metropolitanos de Viajeros de Andalucía.

La inmovilización del vehículo e identificación de su conductor, M.E.K., de 62 años, vecino de Almería y de nacionalidad marroquí, se produjo por agentes de paisano el pasado martes, 10 de octubre, sobre las 13.40 horas, en la Avenida Federico Garcia Lorca después de un laborioso trabajo de investigación y seguimiento.

Este operativo forma parte de la permanente vigilancia que la Policía Local de Almería realiza en torno a determinados espacios que son utilizados por taxistas piratas para ejercer su actividad y que suponen un riesgo para la integridad de pasajeros y resto de ciudadanos, además de una competencia desleal para el sector.

En Almería hay taxis piratas en tres zonas, aunque la mayoría se encuentran en la estación de autobuses, también se desplazan hasta el aeropuerto, aunque en menor cantidad para no levantar sospechas. También trabajan en la estación marítima, esperan a que lleguen los barcos de Nador, Melilla u Orán, cogen a los clientes y permanecen poco tiempo en la zona.

Un oficio desleal ejecutado por inmigrantes que ya ha generado serio conflictos entre los que pagan religiosamente su licencia y aquellos para los que todo son beneficios.