Almería

El pregón a la Patrona invita a disfrutar de la virtudes marianas

  • El abogado Emilio Esteban realizó un bello recorrido histórico y devocional

"Me sentiría enormemente satisfecho y feliz si mi pregón sirve para invitar a una meditación sobre las virtudes de María y los dogmas marianos". Emilio Esteban Hanza, abogado y académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada, edificó su brillante pregón a la Virgen del Mar sobre tres pilares fundamentales asentados en la presencia y presidencia de la Virgen en la historia de Almería, la devoción personal del pregonero a la Madre del cielo que desde su niñez le inculcó su madre de la tierra; y a la necesidad de conocer las prerrogativas de María y los dogmas marianos para ser buenos seguidores y devotos de la Virgen.

El pregonero quiso resaltar que "María, la Madre de Dios, ha estado secularmente con nosotros en Urci, Puerto de Pechina, de la Almariyya, Bayana, Almería la Sultana y Almería la Cristiana. Ciudad andaluza y mediterránea, Almería es tierra mariana por excelencia, de fervor a la Virgen marinera, de devoción a la Santísima Virgen del Mar". Esteban se remontó a la etapa evangelizadora de san Indalecio, primer obispo de Almería y copatrono de la ciudad junto a la Virgen del Mar, como precursor del fervor mariano, para continuar por la veneración musulmana, "en que la Madre de Dios no fue motivo de enfrentamiento sino de acercamiento como muy bien refleja José María de Aldama, uno de los más prestigiosos mariólogos de Europa".

La raíz y el rescoldo marianos se convertirían en explosión con la posterior aparición memorable de la Virgen con el niño en brazos en nuestras playas. El incremento de la devoción expresado en manifestaciones piadosas y en plegarias de dolor cuando las calamidades asolaban nuestra tierra contribuyeron a la petición del patronazgo de María Santísima del Mar, así como al nacimiento el 28 de mayo de 1520 de la cofradía denominada Real y Militar Hermandad de la Virgen del Mar.

Esteban Hanza tocó la fibra de su sensibilidad, de su intimidad y aun de su pudor en los recuerdos de infancia, de sus canciones y oraciones escuchadas y aprendidas en los albores de su existencia; en la semilla de ferviente devoción mariana que le dejó su madre de la tierra, fallecida cuando el pequeño Emilio sólo tenía ocho años; y en la labor del hermano Patricio Antonio, su profesor de religión.

Para amar mejor hay que conocer mejor, porque nadie puede amar lo que no conoce, declaró el pregonero para manifestar que un buen seguidor de María debe conocer, al menos elementalmente, las verdades de María, las prerrogativas de María y los dogmas de María. Al referirse a las cualidades de la Virgen, Emilio Esteban afirmó que María también es Madre de la Iglesia, prototipo y modelo de virtudes, y "ejemplo de esperanza" en el dolor y en la angustia, palabras pronunciadas recientemente por Benedicto XVI. Loas líricas y plegarias a la Virgen pusieron el colofón a un bello pregón que contó con la asistencia de las primeras autoridades locales y la intervención de la Coral Virgen del Mar.

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